Si uno no se fija bien, puede pensar que está sufriendo un 'déjà vu': una enfermedad infecciosa, la mpox (antes conocida como viruela del mono), provoca una crisis sanitaria internacional, pero en un continente entero, África, no cuenta con vacunas para proteger a sus más de 1.200 millones de habitantes.
Además de las dificultades financieras, los desafíos logísticos y la falta de producción local, África se enfrenta a otro obstáculo para inmunizar a su población contra la mpox: el complejo mecanismo regulatorio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del que dependen los países del sur global para aprobar vacunas.
Desde hace décadas, el continente recibe la inmensa mayoría de estos fármacos a través de mecanismos internacionales como la Alianza para las Vacunas GAVI y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que pueden adquirir grandes cantidades y obtener así un precio más reducido.
Sin embargo, tanto GAVI como Unicef necesitan una de dos condiciones imprescindibles: que la OMS apruebe oficialmente la vacuna (un proceso que puede tomar años) o que conceda autorización para su uso de emergencia.
Pero la organización no activó el proceso para la segunda opción hasta principios de agosto, cuando la República Democrática del Congo (RDC), epicentro del actual brote, ya había registrado cientos de muertes y miles de casos, algo criticado por expertos y activistas.
"En 2022, cuando la mpox fue declarada una emergencia de salud pública de importancia internacional, el proceso de solicitud de autorización de uso de emergencia de la OMS no pudo activarse" porque el organismo "no contaba con la información completa de los fabricantes", argumentó a EFE un portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic.
Ahora, tanto la farmacéutica danesa Bavarian Nordic como la japonesa KM Biologics, productoras de las dos vacunas disponibles para la mpox -originalmente creadas contra la viruela- ya han entregado toda la documentación y la OMS planea tomar su decisión a mediados de este mes.
"Desde el VIH hasta la mpox, hemos visto que, por diseño, el sistema de salud global se preocupa menos por las vidas negras y solo cuando la amenaza podría afectar a los países de altos ingresos, se toman medidas", lamentó en declaraciones a EFE la doctora Ayoade Alakija, que copreside una iniciativa de la Unión Africana (UA) para garantizar el acceso equitativo a vacunas.
Vacunas sólo en Nigeria y RDC
Cuatro años después de que la pandemia de la covid-19 golpeara al planeta, la OMS declaró el pasado 14 de agosto por segunda vez desde 2022 el estado de alerta sanitaria a nivel internacional por la mpox.
Siguió así los pasos de la agencia de salud pública de la Unión Africana (UA) -los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (CDC de África)- que un día antes la declaró como su primera "emergencia de salud pública de seguridad continental".
"No queremos ver ningún problema en cuanto al rápido despliegue de vacunas en África", dijo a finales de agosto el director general de los CDC de África, Jean Kaseya.
Pero lo cierto es que, más allá de ensayos clínicos, las primeras vacunas contra la mpox no llegaron a la RDC hasta este jueves, cuando aterrizaron en el país 100.000 dosis donadas por la Unión Europea (UE).
Antes, solo Nigeria había recibido el 27 de agosto una donación de 10.000 dosis por parte de Estados Unidos, pero ese envío no estaba relacionado con el actual brote sino que surgía de conversaciones mantenidas desde hace años.
No solo GAVI se declara preparada desde hace meses para dar el pistoletazo de salida a la inmunización, sino también Bavarian Nordic, cuya vacuna es la única aprobada por la estadounidense Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
Así, la empresa dice que puede proporcionar diez millones de vacunas a África para finales de 2025 y dos millones para este año, pero ha insistido en qué necesita la autorización de la OMS para llegar a tiempo.
Frente a la presión, la OMS concedió excepcionalmente hace dos semanas a sus socios el permiso para que inicien el proceso de compra de las vacunas mientras la organización finaliza su evaluación.
Donaciones
Paralelamente a la autorización de la OMS, la alternativa para África son las donaciones de países ricos que han acumulado grandes reservas de vacunas, una vía espinosa porque podría verse interrumpida si esas naciones deciden guardar las dosis para sus propios ciudadanos.
Esto ya sucedió durante la covid-19, cuando líderes africanos y la OMS denunciaron el "acaparamiento de vacunas".
Hasta ahora, la UE ha anunciado la donación de 215.000 dosis, a las que se sumarían los 100.000 viales para vacunar a 500.000 personas prometidos por España, las 100.000 dosis prometidas por Francia y otras 15.000 anunciadas por la propia Bavarian Nordic.
Además, EE.UU. se comprometió a enviar 50.000 vacunas para la RDC y el Gobierno congoleño ha pedido a Japón que done dos millones de dosis del fármaco nipón.
Ahora, "convertir las vacunas en vacunación (...) debe ser una prioridad máxima, ya que una de las principales lecciones de la covid-19 fue que los países no siempre están preparados para un despliegue (...) con poca antelación", alertó a EFE Derrick Sim, director general de Mercados de Vacunas de GAVI.
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