La muestra, que ayer vio la luz por primera vez ante un grupo reducido de gente (amigos e íntimos de la artista), recoge los 12 grabados y 17 pinturas más recientes de su trayectoria (2010/2011). De un lado, las pinturas, realizadas la mayoría en tela (óleo y acrílico), cuyo tema central es el retrato de familiares y de amigos, así como autorretratos, es decir, rostros “cuya cercanía hacen posible una interpretación personal de la relación con el modelo”, en palabras de la propia autora.
“Siempre pinto cosas de mis vivencias personales, no voy buscando ideas, aunque intento que haya una conexión con el espectador para que cuando contemplen mi obra no se sientan excluidos. Suelen ser temas universales”, matizaba Concha, mientras portaba un cuadro de grandes dimensiones.
Para la joven artista, que además de pintora es ilustradora y editora, todos los cuadros de esta exposición son especiales: “No podría decir cuál es mi preferido, aunque, entre todas estas obras, creo que las que más van a gustar son las de mi autorretrato, los retratos de mi hijo Pablo y el de Toby, mi pareja”.
Los grabados
Aparte de las pinturas, la muestra exhibe una serie de grabados serigrafiados en negro sobre blanco, que bajo el título de Estructura familiar simple, muestran un trabajo más sobrio e intimista influidos por la segunda dedicación de la autora: la edición de libros ilustrados que ella misma realiza a través de su editorial, Mando Cohete.
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