Otra vez el cuento del lobo

Lo que se ha contado en estos días, en relación con las amenazas de huelga de Tussam para las jornadas previas a Semana Santa, es algo así como el cuento del lobo que nunca llega, pero en versión cuaresmal y sevillana. Cada dos años, toca encontrarse en los medios de comunicación de la ciudad con los representantes anunciando una Semana Santa caliente, justo cuando más daño hacen las medidas de presión para obtener las mejoras salariales o laborales para una plantilla a la que no cabe cuestionar la mejora en sus condiciones. Lo que si cabe preguntarse es si al ciudadano le preocupan a estas alturas las amenazas de los trabajadores de la empresa de transporte público, que por repetidas han perdido capacidad de alarmar a la ciudad que se vale del autobús para acudir al centro tomado por los capirotes, sensación trasladable también a otras citas importantes de la ciudad, como pueda ser la Feria de Abril, que aún no se ha escapado del anuncio de huelga. Quienes asesoran a estos empleados tal vez debieran preguntarse si no sería mejor guardar esos rugidos de lobo feroz para cuando realmente estén justificados, por otros dramas laborales que afectan de verdad a otras corporaciones del ámbito privado y también del público. Para entonces, como en el cuento, puede que la voz de la alarma ante la llegada inminente de la fiera encarnada en paros y huelgas, ya no surta ningún efecto.

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