Al menos 26 manifestantes perdieron en la provincia de Deraa, en el sur del país, y otras once murieron por disparos de la policía en el pueblo de Taldo, en la provincia de Homs, al norte de Damasco, según el Comité Sirio para los Derechos Humanos.
Tanto este comité como otras ONGs de derechos humanos expresaron en un comunicado su profunda preocupación por el continuo uso de la violencia durante las manifestaciones pacíficas, que causó un número indeterminado de heridos y detenidos.
Las organizaciones condenaron que la policía siria utilizara la violencia "exagerada e injustificada" para disolver las protestas en Damasco, Deraa y Homs.
Además, pidieron al Gobierno de Damasco que asuma la entera responsabilidad del uso de la violencia contra los ciudadanos e instaron a que se investiguen los incidentes para que se juzgue a los atacantes.
El viernes pasado, otras 37 personas murieron en protestas en Deraa, Homs y Damasco, según la Organización Nacional para los Derechos Humanos de Siria.
Siria es escenario desde mediados del pasado mes de marzo de protestas políticas, que, según distintas ONGs, ha registrado ya más de 170 muertos.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, habló ayer con el presidente sirio, Bachar al Asad, para expresarle que está "profundamente preocupado" por la situación en el país.
"La muerte de manifestantes que protestan pacíficamente es inaceptable y debería ser investigado", agregó Ban, según un comunicado oficial de la ONU citado por medios árabes.
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