El Puerto de Huelva ha sacado a licitación las obras del proyecto de unión del Muelle cargadero de mineral de la antigua compañía Río Tinto, con una inversión de más de 700.000 euros (IVA incluido. Está previsto que las obras comiencen a principios del año próximo, con una duración de seis meses, y las empresas tienen hasta el 26 de septiembre para presentar sus ofertas
El pliego de prescripciones técnicas, consultado por Europa Press, señala que los objetivos del proyecto son "la unión integral de los dos tramos del BIC Muelle Cargadero Mineral (dotándolo de continuidad en su nivel superior); favorecer la permeabilidad y accesibilidad desde el núcleo urbano de Huelva hacia el paseo de la Ría; respetar la continuidad estética del BIC, de modo que el tramo de unión debe ser reconocible y distinguible del existente; y respetar los gálibos de circulación bajo el tramo de unión a diseñar.
En este sentido, durante la presentación del proyecto el pasado 27 de junio, el presidente del Puerto, Alberto Santana, explicó que se trata de "una actuación muy importante para proteger y promocionar el legado minero e inglés vinculado a la historia del Puerto de Huelva y de la ciudad".
Por otro lado, el jefe del Área de Infraestructuras del Puerto de Huelva detalló que el proyecto consiste en la unión de los dos tramos actuales en su nivel superior, mediante la colocación de un tablero formado por dos vigas de celosía metálicas igual a las actuales, apoyadas sobre dos nuevos pórticos de pilares cimentados mediante micropilotes.
Al respecto, Peña ha explicado que "lo importante era el muelle actual" y que "lo que se fuera a hacer no podía eclipsar lo que existe ya", por lo que "se buscó una solución que fuera muy funcional, que diera continuidad a la parte de tierra y que permitiera también un problema que es bastante importante, que es la movilidad de la ciudad de Huelva", por ello, además, "no se puede reproducir los pisos inferiores", ya que el proyecto cuenta con un gálibo de 5,50 metros que "es el habitual de una autopista".
De este modo, el pliego señala que la solución propuesta para dotar de continuidad al actual muelle cargadero de mineral en su nivel superior se realiza manteniendo el mismo ancho del tablero actual de dicho nivel (5,65 metros aproximadamente) y cuya luz total de 39,49 metros "se salva mediante tres vanos sucesivos".
Por otro lado, el tablero quedará constituido por un entarimado de prfv (imitación madera) montado sobre chapa galvanizada (para dar seguridad al tablero) y apoya sobre dos vigas en celosía formadas por perfiles rectangulares tubulares separadas 3,65 metros (misma separación que mantienen las celosías de angulares y chapas conformadas roblonadas del muelle cargadero actual).
El apoyo del tablero sobre las celosías se propone a través de vigas longitudinales y transversales también metálicas y formadas a su vez también por perfiles tubulares rectangulares. La separación de estas vigas transversales de apoyo del tablero en las celosías coincidirá con la separación de los montantes verticales de la celosía, de igual manera que los bastidores de la barandilla.
La historia del muelle embarcadero de la Compañía Rio Tinto se remonta a la venta de las minas de la localidad de Riotinto a un grupo de financieros británicos, con Hugh Matheson a la cabeza, según consta en el Archivo del Puerto de Huelva. El 29 de marzo de 1873 se firmó el acta de constitución de una nueva compañía extranjera, The Rio Tinto Company Limited, que se convirtió, en unos años, en la empresa minera más preponderante del momento a nivel mundial. La Compañía se instaló en la localidad de Minas de Riotinto y comenzó un ambicioso proyecto, en el que destacó la explotación gradual y a cielo abierto de cinco cortas simultáneamente, la construcción de un importante muelle en el Puerto de Huelva y un ferrocarril para unir la mina con el puerto, que cubría más de ochenta kilómetros.
Para el diseño del ferrocarril, se contrató a un ingeniero inglés muy prestigioso, llamado George Barclay Bruce, y a Thomas Gibson, que materializó la propuesta. Una vez aprobado el proyecto, la Compañía contrató para la construcción del muelle a una empresa dirigida por el ingeniero John Dixon. En su momento supuso un gran avance de la ingeniería en construcción de hierro, precedente de estructuras como la Torre Eiffel. La construcción comenzó en septiembre de 1874 aproximadamente.
El muelle constaba de tres pisos, sostenidos por castilletes de columnas de hierro con roscas mitchell, y se prolongaba por el lado de tierra por un viaducto de madera de 226 metros, unido a un terraplén de acceso.
La infraestructura se puso en marcha en marzo de 1876 y suspendió su actividad en mayo de 1975. Aproximadamente 130 millones de toneladas de mineral, sobre todo piritas, se embarcaron a través del muelle de la Compañía Rio Tinto a lo largo de su trayectoria.
En los años 60 del siglo pasado, se desmontó el tramo de 50 metros que enlazaba la parte de tierra con la que se introducía en la ría, provisto de dos grandes arcos que permitían el tránsito del ferrocarril con destino a la Punta del Sebo y la carretera hacia la misma dirección. El motivo, las necesidades del tráfico rodado ante la nueva expansión industrial de la zona.
Dada su importancia y trascendencia en la historia de Huelva y su Puerto, el 18 de marzo de 2003, el muelle o cargadero de mineral de la Compañía Rio Tinto fue declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de monumento (Decreto 73/2003, BOJA nº 65, 04/04/2003.).
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