El PP ha tratado de sentar en el salón de Plenos a Pedro Sánchez sin éxito. Las mociones de los populares sobre el sistema de financiación autonómico y local, el tercer carril de la AP-4 o el endurecimiento de las penas por los delitos de odio contra personas con discapacidad y disfobia solo sirvieron para que José Ramón Ortega demostrara lo mucho que aprendió en las lides políticas como diputado nacional en la Cámara Baja en la anterior legislatura.
La cuarta iniciativa, sobre la reforma de la Ley 12/2023, de 24 de mayo, por el Derecho a la Vivienda incluso se le volvió en contra al PP porque la oposición, hábilmente, centró el debate la necesidad de declarar Cádiz zona tensionada para limitar el precio del alquiler. Nones, dijo José Manuel Cossi, con los mismos argumentos esgrimidos con anterioridad.
A partir de ahí, las cosas de Cádiz-Cádiz tomaron protagonismo. Cossi, nuevamente, trató de rebajar los ánimos de los 35 trabajadores de Nufán que ven su futuro en el aire por la venta del Campo de las Balas, dado que desaparecerá el aparcamiento, con el compromiso de buscar nuevos terrenos ociosos. Pero los empleados no parecían muy contentos, interrumpiendo por unos segundos el desarrollo de la sesión al situarse una de las trabajadoras, precisamente, en el centro del salón para exigir certezas.
No las tuvo, porque en Cádiz se ha instalado la inconcreción, de modo que según quién tenga el micrófono, Náutica no tendrá universidad privada, Valcárcel tendrá cuso universitario público y la venta del Campo de las Balas para instalarse un hotel es la mejor opción o, por el contrario, Náutica tendrá universidad privada o, en el mejor de los casos, alguna iniciativa empresarial que hará caja con el suelo de Cádiz, el antiguo hospicio se caerá antes de meterle mano y el hotel del Campo de las Balas agravará la turistificación.
Capítulo aparte merecen los vecinos del Cerro del Moro. Enrique Estévez tomó la palabra y a mitad de su parlamento se le quebró la voz y lloró. David de la Cruz y Óscar Torres le dieron ánimos y acusaron a Mercedes Colombo de señalar a los afectados, presionarlos y chantajearlos al declarar públicamente que algunos propietarios no podrán acceder a las nuevas viviendas.
El Pleno alcanzó el máximo punto de ebullición en ese momento. El portavoz socialista acabó cuestionando la decencia política de Bruno García por no dar la cara ni sentarse con los vecinos. Bruno García respondió que lo que era indecente es que el PSOE no diera solución a una demanda de hace 30 años.
El problema está en que el pasado, como Pedro Sánchez, pese a que el PP se afanó en conjurarlos, no tomaron forma en el salón de Plenos de San Juan de Dios esta mañana. Los vecinos del Cerro del Moro, los miembros de la plataforma del Campo de las Balas y los trabajadores de Nufán, sí. Y Valcárcel y Náutica siguen viendo pasar el tiempo. Solo falta que para el próximo Pleno algún concejal intervenga con un cascote.
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