UPA Andalucía ha denunciado la “ruina” de los precios en origen que reciben los agricultores y ganaderos, con diferencias superiores al 1.000 % entre el campo y la mesa.
“Seguimos cobrando unos precios de ruina por nuestros productos mientras que los consumidores pagan por encima del 1.000 % en muchos casos en los lineales. La diferencia entre lo que percibimos y lo que pagamos en las tiendas es desorbitada”, ha indicado en un comunicado Francisco Moscoso, vicesecretario de UPA-A.
A partir de los datos oficiales del Ministerio de Agricultura y la Junta de Andalucía, la UPA lamenta que “todos los productos consolidan la tendencia negativa para los dos eslabones más débiles de la cadena alimentaria”. Entre ellos destacan el maíz dulce, con una diferencia de hasta el 2.400 %. Le siguen la naranja, el limón y el tomate, que se venden por encima del 1.000 % de incremento.
Una cuestión que, según la UPA, no es cuestión de una sola provincia. Según la UPA, se dan en las ocho de Andalucía, con especial perjuicio en los cultivos de temporada.
“La sandía y el melón, que son los productos estrella del verano, tienen una diferencia del 547 % y del 466 %, respectivamente, entre lo que nos pagan a nosotros y lo que pagan los consumidores”, indica Moscoso.
De este modo, la sandía está en origen a 21 céntimos, y en los lineales se encuentra a 1,36 de media. El caso del melón es igual, de los 30 céntimos en origen a 1,70 euros en destino.
“Los agricultores sufrimos en nuestras carnes la política abusiva y especulativa de los intermediarios y de la gran distribución”, lamenta Francisco Moscoso.
Además, UPA asegura que la falta de agua y de riego ha hecho, también, que muchos cultivos se hayan dejado de sembrar, como es el caso del ajo y de la cebolla, por ejemplo, en provincias como Córdoba, lo que ha incrementado los precios en destino mientras que los ha hundido en origen.
“El ajo nos lo han pagado a 1,30 euros el kilo, mientras el consumidor ha tenido que abonar hasta 7 euros. En cuanto a la cebolla, la situación es peor porque nos han pagado a nosotros 0,27 céntimos y el consumidor ha pagado hasta 1,85 euros por kilo, unas diferencias inasumibles”, sostiene el vicesecretario de UPA.
UPA también dibuja un panorama sombrío para el cereal. El trigo duro se paga a 0,30 el kilo y el blando a 0,25. “Es cierto que ha habido más kilos de producción, pero a esos precios irrisorios no salen las cuentas, porque los costes han aumentado considerablemente”, apunta Moscoso.
A su juicio, “los especuladores aprovechan para tirar los precios para abajo y eso nos impide vivir dignamente de nuestro trabajo. Estamos cansados de que la especulación siga campando a sus anchas en una jungla donde impera la política abusiva del más fuerte”.
Ante esta situación, UPA Andalucía mantiene su apuesta por la Ley de la Cadena Alimentaria: “Es un gran instrumento, pero necesitamos que se cumpla en su totalidad, que haya más sanciones ejemplarizantes y que se fuerce a cumplir con los contratos”, dice el portavoz de UPA-A.
De igual modo, considera que “las administraciones autonómicas deben creer en ella y hacer los controles preceptivos que les corresponden y, sobre todo, que se ponga en marcha un Observatorio de Márgenes Comerciales para que todo el mundo conozca los beneficios que tiene cada actor de la cadena”, concluye Francisco Moscoso.
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