La Comisión de Patrimonio Histórico de Sevilla, adscrita a la Consejería de Turismo y Cultura, ha solicitado revisar un proyecto de obras de rehabilitación promovido para una de las viviendas del Patio de Banderas, al objeto de que la actuación recoja "la realidad física y paramental de los muros que delimitan el patio trasero por el norte y el oeste", pues no en vano, este inmueble "comparte estructuras muy significativas" con los Reales Alcázares, un conjunto palaciego declarado Patrimonio Mundial en 1987, de máxima protección y buque insignia del legado histórico de la ciudad.
En el acuerdo, adoptado el pasado 3 de julio y recogido por Europa Press, la Comisión de Patrimonio Histórico expone que esta vivienda, la número dos del Patio de Banderas según figura en el encabezamiento del punto pero la número tres según se menciona en uno de los fragmentos, "forma parte indiscutible del Real Alcázar, con el que comparte estructuras muy significativas y de crucial importancia".
A tal efecto, recordemos que hace pocos años, el Ayuntamiento compraba al Estado por algo más de cuatro millones de euros las casas correspondientes a los números 7 y 8 del Patio de Banderas, para su incorporación al Real Alcázar, pues se trata de inmuebles que "guardan testimonios de un gran valor patrimonial, artístico e histórico" del "primer recinto fundacional" del actual monumento.
Se trata de elementos arquitectónicos del palacio primitivo del Alcázar fechados entre los siglos X y XI, fundamentales para una lectura completa de este conjunto monumental declarado Patrimonio Mundial. Hablamos de arcos geminados enmarcados por un alfiz con su decoración con ricas policromías de tonos naranja y rojizo, así como motivos vegetales, geométricos y epigráficos; parte de la muralla original y restos de alguna de sus torres.
Previamente, en 2008, el Estado había cedido al Ayuntamiento la vivienda correspondiente al número seis de este entorno, pesando actualmente la renuncia por parte del Ministerio de Hacienda a continuar con la anterior política de subastas de las viviendas de su propiedad en el Patio Banderas, reclamadas todas ellas por el Consistorio bajo la premisa de que la cesión del Real Alcázar a la ciudad en 1931 habría sido incompleta al no incluir los inmuebles del Patio de Banderas.
En cualquier caso, con relación a esta otra vivienda de este entorno patrimonial, la Comisión de Patrimonio expone en su acuerdo que "las actuaciones recogidas en el proyecto presentado deben ser revisadas en lo que respecta a todas aquellas que incidan sobre los muros que delimitan el patio trasero por el norte y el oeste, previendo la correspondiente documentación de su realidad física y paramental, a fin de poder determinar el nivel de intervención que es posible aplicar a los mismos".
El documento también señala que "el resto de las actuaciones en torno al patio principal, aun suponiendo un cambio en los sistemas constructivos y dado el nivel de modificación de dichos sistemas realizados en actuaciones anteriores, no se vería inconveniente en que fuesen autorizados, aunque sería recomendable mantener los sistemas constructivos tradicionales actualmente existentes, igualmente los mismos deben ser sometidos al correspondiente seguimiento arqueológico".
Finalmente, la comisión determina con relación a este proyecto de obras que "teniendo en cuenta que el proyecto contempla además otras actuaciones que afectan a la totalidad de la vivienda, sería conveniente redactar un reformado del proyecto que contemple las modificaciones pertinentes, siendo conveniente que este reformado se elabore una vez realizadas las investigaciones sobre los muros y el propio ámbito del patio trasero".
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