Luis de la Fuente, seleccionador nacional, es un hombre que aplica el sentido común a la vida. Por ese motivo no ha sido un profesional mediático hasta estos últimos días. España es un país frenéticamente entregado al jaleo político y social, en el que sobresalen a trompetazos parlamentarios como Óscar Puente o Miguel Tellado. “Con tanto ruido, no veo”, se lamentaba Juan Ramón Jiménez mientras paseaba por las calles de su Huelva lejana y rosa. Luis de la Fuente es un hombre de gramática parda (extraordinaria novela con ese título en los 80 del injustamente olvidado Juan García Hortelano), que con el tiempo ha mejorado el discurso en la forma aunque el fondo sea idéntico.
Porque impera en el seleccionador el sentido común, ya está dicho, la calma, la reflexión, una forma sosegada y prudente de ir por el fútbol y por la vida, con educación y una filosofía extraída más de la experiencia y de la enseñanza oral que de los libros. “La vida es lucha”, ha afirmado. “Yo soy católico y Dios es esencial en mi vida”, ha añadido. El seleccionador, sí, es persona de valores, como el respeto, el compañerismo y la solidaridad, que busca inculcar de manera natural, casi invisible, pero muy eficaz, en sus futbolistas. Fabián, Olmo o Merino, entre otros, llevan años escuchando a De la Fuente, desde las categorías inferiores del combinado nacional. “Aquí sólo hay un líder, el ‘mister’”, ha zanjado Nico Williams.
De la Fuente no ha aislado a sus jugadores de los periodistas durante la Eurocopa, sino que ha permitido las entrevistas con todos y con él mismo. La consecuencia ha resultado sensacional: España únicamente ha vivido tensión e intensidad durante los partidos, no en los días de concentración en la Selva Negra, al contrario de lo que ocurría con Luis Enrique y, antes, con Javier Clemente. Lo ha escrito con toque irónico el periodista Javier Aznar: “La Selección juega con un once que abre el campo, intenta atacar directo, no busca reinventar la rueda y trata de generar peligro siempre que puede para, sorpresa, intentar ganar (…) No precisa de toneladas de combustible para empezar a carburar. Pero funciona”.
La familia, como buen católico, es esencial para De la Fuente, que ha perseguido extender ese concepto entre el equipo. España es una selección joven y fresca, la mejor de la Eurocopa. El seleccionador es un líder prudente. La política española necesitaría en los escaños mucha gente como De la Fuente.
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