China declaró este martes su oposición a "bulos" sobre supuestos ciberataques realizados por Pekín, después de que la agencia de ciberinteligencia de Australia emitiese una advertencia sobre la creciente amenaza que representan para su país los piratas informáticos chinos respaldados por el Estado.
El portavoz de la Cancillería china Lin Jian declaró hoy en una rueda de prensa que estas acusaciones son "meras formas de generar revuelo" y de "utilizar la ciberseguridad para difamar a China".
El Centro Australiano de Seguridad Cibernética señaló directamente al grupo APT40, al que las autoridades vinculan con Pekín, de representar una "amenaza" para las redes australianas.
Lin aseveró que las instituciones chinas "han publicado varios informes de análisis e investigación" que "exponen detalladamente cómo Estados Unidos ha estado diseminando información falsa y promoviendo la narrativa de la amenaza de ciberataques chinos", mientras simultáneamente "se aprovecha de su posición hegemónica y ventaja tecnológica para llevar a cabo espionaje y robo de información a nivel global".
"¿Quién es realmente el que espía y roba secretos a sus aliados y socios, quién lleva a cabo ataques cibernéticos indiscriminados contra países, quién es la verdadera fuente de maldad que promueve estrategias de disuasión cibernética a nivel mundial, y quién representa la mayor amenaza para la seguridad cibernética global?", señaló el vocero, que agregó que "la comunidad internacional lo ve muy claro".
Precisamente este lunes China acusó a EE.UU. de orquestar una operación de piratería informática a gran escala con el objetivo de "desprestigiarla" y de justificar "la extensión de una vigilancia a gran escala" y un "aumento del presupuesto para las agencias de inteligencia estadounidenses.
En un informe publicado por el Centro Nacional de Respuesta de Emergencia de Virus Informáticos de China, varios expertos defendieron que, para mantener la hegemonía en la red, EE. UU. "exagera la amenaza de ciberataques chinos".
Según el centro australiano, APT40 realizó "operaciones cibernéticas maliciosas" para una rama del Ministerio de Seguridad del Estado de China con el objetivo de infiltrarse en dispositivos viejos y olvidados que todavía están conectados a redes informáticas sensibles.
El pasado marzo, el Gobierno de Nueva Zelanda también denunció que APT40 logró infiltrase brevemente en 2021 en los sistemas de la Oficina del Consejo Parlamentario y los Servicios Parlamentarios de la sede del Legislativo de Wellington.
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