El testigo principal del conocido como 'caso Arny' sobre prostitución de menores ha sido declarado este martes, en un juicio por otros hechos diferentes, culpable de haber matado a un hombre en Brenes (Sevilla), en febrero de 2021, y de intentar acabar con la vida de otro varón y la pareja del fallecido.
Antes y durante la lectura del veredicto en la Audiencia de Sevilla, el acusado, visiblemente alterado, ha insultado de forma grave a los miembros del jurado: "Me cago en todos vuestros muertos (...) Me queréis condenar a lo máximo", ha sentenciado.
El procesado, que ha estado en todo momento custodiado y rodeado por cinco policías en la sala, ha tenido que ser reducido en el suelo en un momento determinado, después de que los agentes -alguno de los cuales ha tenido incluso por saltar por un estrado- hayan tenido que intervenir para calmarlo.
Este hecho de gran tensión resulta inédito en la Audiencia de Sevilla durante la lectura del veredicto de un jurado popular, según han trasladado a EFE fuentes judiciales.
Sin atenuante por consumo de droga
El jurado ha considerado al procesado autor de un delito de homicidio y de dos tentativas de homicidio, con la circunstancia agravante de reincidencia y sin contemplar la posible atenuante de que, en el momento de los hechos, sus capacidades estuvieran afectadas por el consumo de drogas.
Por ello, la Fiscalía, que ya rebajó la semana pasada de 31 a 23 años y medio su petición de cárcel para el acusado, finalmente ha fijado su solicitud en 27 años y medio, 12 años y medio por el homicidio y 7 años y medio por cada una de las dos tentativas.
Durante la vista, el acusado confesó ante el jurado tanto el homicidio como las dos tentativas, aunque durante su primera declaración ante el jurado no reconoció el segundo de los intentos de homicidio que se le imputan.
El acusado aseguró también que el día de los hechos había consumido drogas y que el motivo de la discusión que originó lo ocurrido fue de índole económico.
Ninguno de los testigos directos de los hechos compareció durante el juicio, por lo que la fiscal pidió que se aportaran las comparecencias que estos han prestado durante la instrucción de la causa.
En las alegaciones previas, la Fiscalía recordó a los miembros del tribunal que el acusado ya había sido condenado de manera previa por homicidio, siendo menor de edad, y por asesinato, ya adulto.
Conocía a la víctima de prisión
La Fiscalía relataba en su escrito provisional que los hechos se produjeron sobre las 20:30 horas del 5 de febrero de 2021, cuando el acusado se dirigió a una vivienda de Brenes donde se encontraban las tres víctimas, lugar en el que el encausado había estado trabajando el día anterior quitando la verdina de la azotea por encargo del fallecido, a quien conocía de prisión.
Tras entrar en el inmueble, el investigado se dirigió al jardín y cogió un calabozo, herramienta similar a un hacha que es utilizada para podar. A continuación fue a la parte superior de la vivienda, donde se hallaban en una habitación la víctima, su pareja y otro varón.
El Ministerio Público añade que, nada más entrar en la habitación, el acusado comenzó a discutir de forma acalorada con los presentes por motivos económicos y relacionados con las drogas y, con ánimo de causarles la muerte, golpeó con el calabozo en el cuello a la altura de la yugular al finalmente fallecido, todo ello a la vez que les requería el dinero que habían cobrado y la droga que tuvieran.
La Fiscalía señala que, seguidamente, el acusado fue de nuevo tras el fallecido, quien estaba apoyado en la cama, y le propinó cinco o seis "fuertes golpes" con el calabozo en la cabeza, momento en el que la pareja de este hombre trató de impedir la agresión, pero el acusado, "con idéntico ánimo, se dirigió hacia ella, le propinó un golpe con el calabozo en la cabeza, le rompió una copa de cristal en la cabeza, registró su bolso y se lo arrojó a la cara".
Seguidamente, según el relato del fiscal, el investigado se abalanzó con el mismo propósito sobre el tercero de los agredidos y le propinó un hachazo en la cabeza, tras lo que abandonó la habitación, dejando allí al hombre fallecido en el suelo y a las otras dos personas malheridas.
Al huir de la vivienda, el encausado se deshizo del arma homicida en el hueco existente entre el escalón y la puerta de la vivienda contigua.
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