Dentro de la oferta de coches de segunda mano en Almería ya encontramos algún modelo eléctrico. Esto se repite en todas las ciudades, puesto que existen unidades que ya tienen varios años y comienzan a salir al mercado de ocasión. Este tipo de vehículo es más simple que el térmico en cuanto a su mecánica, pero sí que hemos de fijarnos en algunos puntos si queremos que la compra sea satisfactoria.
Hay que ver la degradación de la batería
El estado del motor es fundamental en los coches de combustión, pero en uno eléctrico de segunda mano siempre hay que fijarse en la batería.
Debemos hacer una inspección ocular por fuera con el fin de comprobar que no tenga golpes o presente un aspecto extraño. Estas baterías van en la parte de abajo del coche por un tema de reparto de pesos y están expuestas a los impactos.
Si vemos que tiene uno o varios golpes, descartaremos el vehículo, ya que las marcas suelen hacer el cambio completo de la batería y eso cuesta demasiado dinero, más que el propio coche en muchas ocasiones.
También hay que verificar cuánto se ha degradado la batería. Eso nos lo muestran algunos coches eléctricos en sus menús o podemos llevar el automóvil a un taller especializado. Allí nos dirán la cifra de degradado, la cual jamás debería ser superior a un 10 %. De hecho, si el coche no tiene demasiada autonomía, es mejor buscar unidades con una degradación inferior a esa cifra.
Los kilómetros no son tan importantes en estos coches
Cuando miramos automóviles de segunda mano de los de toda la vida, lo primero en lo que nos fijamos es en el kilometraje. De hecho, es tan relevante que en muchos casos se manipulan con el fin de rebajar la cifra.
Esto no es tan significativo en los motores eléctricos, pues sobrepasan el medio millón de kilómetros sin ningún tipo de problema. La cifra tiene su relevancia en cuanto a la batería, pero si esta no se ha degradado demasiado es un número al que hay que dar poca importancia.
Conviene adquirir modelos muy conocidos
Aunque el coche eléctrico va vendiendo más unidades todos los años, lo cierto es que sigue siendo un producto minoritario. Por eso, no son muchos los talleres en los que saben solucionar sus problemas. De hecho, en ocasiones ni siquiera en los mismos talleres de la marca pueden arreglar las averías de estos automóviles.
Por eso, y más cuando vamos al mercado de segunda mano, conviene adquirir modelos muy conocidos como los de Tesla. Estos son los que más se venden, de forma que tienen una buena comunidad detrás que sabe cuáles son sus fallos.
Además, ya hay talleres que se han especializado en la marca, por lo que no tendremos ningún problema si tenemos que acudir a uno de ellos con alguna avería. En varios de estos talleres incluso ya reparan las baterías, pero no en todas las marcas y por eso conviene adquirir un coche eléctrico de segunda mano que se haya vendido mucho.
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