Ha superado el test. GPT-4 lo ha superado. La Inteligencia artificial ha pasado la famosa prueba de Turing. Y es que el famoso y brillante matemático inglés diseñó una prueba bajo una premisa básica: ¿Puede un ordenador pensar?
Años más tarde, medio siglo después, este visionario vuelve a estar de moda, aunque debería de estarlo casi a diario, ya que a Alan Turing le debemos, entre otras muchas cosas, un importante paso hacia la victoria en la Segunda Guerra Mundial tras descifrar las calves de ‘Enigma’. Por no hablar que se ha convertido en un referente tras asentar las bases de lo que ahora no es tan familiar: los ordenadores.
Es por ello que la noticia que GPT-4 ha conseguido superar el test de Turing se vuelve tan relevante y salta a la primera plana. En esencia, este hito significa que, por primera vez en la historia, una máquina ha sido capaz de conversar con humanos de forma tan convincente que no se puede distinguir de una persona real. Los resultados son tan convincentes y naturales que no podemos trazar una línea entre lo artificial y lo natural.
Pero para ponernos en situación y tener contexto sería aconsejable entender cómo funciona el famoso test de Turing. Resumiendo, el test consiste en una prueba que mide la capacidad de una máquina para mostrar un comportamiento inteligente equivalente o indistinguible del de un humano. En la prueba, un juez humano interactúa con un humano y una máquina a través de una interfaz de texto, sin saber cuál es cuál. Si el juez no puede distinguir consistentemente entre los dos, se considera que la máquina ha pasado la prueba. Si ese humano y juez no es capaz de discernir y diferenciar lo que obtiene en pantalla, la prueba se considera aprobada.
Significa que la inteligencia artificial ha dado un paso gigantesco hacia la sofisticación humana. Las máquinas ahora pueden mantener conversaciones fluidas, generar texto creativo e incluso responder preguntas de forma inteligente, desafiando nuestra percepción de lo que significa ser inteligente.
Para denominar este punto crítico, en el que la IA puede llegar a superar la ‘inteligencia humana’ se ha utilizado la palabra Singularidad dentro de la comunidad científica y que el propio Elon Musk ya le puso fecha. No es el único, ya que el mundo del cine también se ha hecho eco en más de una ocasión de esos hitos tecnológicos y no hay más que mirar a la mítica película de Terminator con Skynet para tener una referencia muy clara.
¿Es GPT-4 realmente inteligente?
Si bien GPT-4 puede imitar el lenguaje humano de manera impresionante, aún hay un debate sobre si realmente es inteligente. Algunos expertos argumentan que la IA simplemente está jugando un juego muy sofisticado de imitación, sin comprender realmente el significado de sus palabras. Otros creen que la capacidad de GPT-4 para aprender y adaptarse es una señal de verdadera inteligencia.
Independientemente de si GPT-4 es verdaderamente inteligente o no, su éxito en el test de Turing marca un punto de inflexión en la IA. Abre la puerta a un futuro donde las máquinas puedan interactuar con nosotros de forma más natural y humana, con aplicaciones potenciales en educación, atención al cliente, e incluso como compañeros.
De hecho, no son pocas las compañías que están desarrollando sus propios modelos de IA y robots para que nos acompañen en nuestro día a día, como por ejemplo los prototipos con IA capaces de aprender a una velocidad vertiginosa.
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