Al menos 21 pacientes de cáncer menores de edad consiguieron salir de la Franja de Gaza este jueves, por primera vez a través del cruce de Kerem Shalom, que conecta Gaza e Israel por el sur, en una operación coordinada con la Organización Mundial de la Salud.
Según el Ministerio de Sanidad del devastado enclave palestino, los 21 son solo "una gota en un océano" de pacientes, no solo enfermos de cáncer, que necesitan tratamiento en el extranjero.
El hospital de la Amistad Turco-Palestina de ciudad de Gaza, el único oncológico de la Franja, dejó de estar operativo por falta de combustible a principios de noviembre, dejando a unos 10.000 pacientes de cáncer de todo el enclave sin posibilidad de tratamiento.
Cuando esto ocurrió Turquía anunció que podría recibir hasta 1.000 pacientes con cáncer, mientras que Emiratos Árabes Unidos se comprometió a atender a la misma cantidad, así como a otros mil niños heridos.
Antes de mayo, la mayoría de pacientes que necesitaban salir del enclave por motivos médicos lo hacían a través del cruce de Rafah, fronterizo con Egipto y el único que no estaba bajo control de Israel, y que fue clausurado tras el comienzo de las operaciones israelíes en la localidad.
Desde que empezó la guerra, y hasta que Israel tomara el control del cruce de Rafah, más de 2.600 pacientes habían sido evacuados, incluidos 1.700 heridos y 900 enfermos, según datos del Ministerio de Sanidad de la Franja, controlado por Hamás.
Las autoridades sanitarias gazatíes calculan que aún unas 25.000 personas necesitan ser trasladadas fuera de la Franja para recibir tratamiento, y que decenas de pacientes han muerto mientras esperaban a ser evacuados.
La entrada de las fuerzas en la zona, la más al sur de la Franja de Gaza, fue ampliamente criticada por la comunidad internacional, ya que ahí se hacinaban más de un millón de desplazados por la guerra que tuvieron que volver a huir al comenzar los combates.
Además, el cierre del paso fronterizo de Rafah ha limitado todavía más la cantidad de ayuda humanitaria que entra en el enclave, donde la mayoría de la población depende de estos envíos para sobrevivir.
El Ejército israelí, por su parte, asegura que ha encontrado más de una veintena de túneles hacia la frontera con Egipto por los que Hamás lograba transportar armas hacia el enclave.
El grupo palestino ha acusado a las autoridades israelíes de querer reemplazar el cruce de Rafah con un nuevo paso fronterizo en el sur, lo que significaría que todas las entradas al territorio estarían bajo control de Israel.
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