El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, viajó anoche a Estados Unidos para reunirse con el Secretario de Defensa, Lloyd Austin, y debatir "el desarrollo en Gaza y Líbano", según un comunicado del ministerio emitido esta mañana.
Antes de subir al avión, el titular de Defensa israelí aseguró que el país está "preparado para cualquier acción requerida en Gaza, Líbano, y áreas adicionales".
"La transición a la 'Fase C' en Gaza es de gran importancia", añadió Gallant, en referencia al último paso para Israel de cara a la guerra en la Franja, enfocado a crear un nuevo régimen de seguridad en ella que salvaguarde también a la población israelí.
El ministro israelí llega a Estados Unidos apenas unos días después del choque entre el primer ministro, Benjamín Netanyahu, con Washington, al calificar como "inconcebible" que el país norteamericano hubiera retenido el envío de ciertas armas y municiones a Israel.
"Desde el primer día hemos intentado presionar a Israel para que haga todo lo posible para evitar las bajas civiles. (…) Sin intentar justificar ningún tipo de ataque aéreo, es extremadamente difícil", aseguró entonces Blinken.
El pasado jueves, Netanyahu dijo en su perfil en la red social X estar "dispuesto a sufrir ataques personales siempre que Israel reciba de Estados Unidos las municiones que necesita".
El Gobierno de Estados Unidos frenó a principios de mayo el envío a Israel de 3.500 bombas, preocupado por su posible uso en áreas densamente pobladas como la de Rafah, la zona más meridional de Gaza. Según la cadena CNN, ese paquete contenía 1.800 bombas de 2.000 libras (907 kilos) de peso y 1.700 bombas de 500 libras (226 kilos).
Además, la visita de Gallant al Pentágono, sede de la Defensa estadounidense, se produce en una ronda de contactos entre Israel y Estados Unidos precedida por las recientes giras en la región del Secretario de Estado, Antony Blinken, primero y la del mediador Amos Hochstein, que tuvo lugar la semana pasada.
Todas estas reuniones se han producido de la mano no sólo de la prolongación del conflicto en Gaza, en el que han muerto 37.551 palestinos desde su inicio, sino también de la escalada de violencia en la frontera norte, con el Líbano, donde el intercambio de fuego entre Israel y la milicia chií Hizbulá es cada vez más intenso y hace temer una guerra abierta con implicaciones regionales.
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