Un reciente estudio, impulsado por la Facultad de Marketing y Gestión de la Universidad de Málaga, ha revelado cifras significativas sobre el sector de la administración de fincas en la provincia de Málaga y su capital. El análisis, basado en 336 encuestas telefónicas con un nivel de confianza del 95%, ofrece una visión detallada de esta profesión, destacando especialmente la tasa de morosidad en Málaga, que se sitúa sobre un 8%.
El estudio, presentado en el Rectorado de la UMA, muestra que la mayoría de los administradores de fincas en estas provincias son pequeños empresarios, con un promedio de 2,5 empleados por despacho. La mayoría de estos despachos (91%) son físicos y el 97,7% de los colegiados trabajan de forma independiente, consolidando la imagen de un sector compuesto mayoritariamente por pequeñas empresas familiares.
La morosidad es uno de los indicadores más cruciales para entender la salud del sector. Según el estudio, el 7% de las emisiones de recibos son devueltas, y un 8% de los comuneros tienen una morosidad significativa, definida como la devolución de al menos tres recibos. Este dato es crucial para evaluar el estado económico de las comunidades gestionadas y la capacidad de los administradores para mantener la viabilidad de sus servicios.
Los administradores de fincas en Málaga cobran una media de 5,26 euros por comunero. Este precio varía según diversos factores, incluyendo el número de empleados, las instalaciones, la conflictividad y, significativamente, la morosidad. Un 34,8% de los despachos se dedica exclusivamente a la administración de fincas, mientras que el 65,2% ofrece también otros servicios de asesoría.
La amenaza de los fondos de inversión
El sector enfrenta retos significativos debido a la entrada de grandes grupos respaldados por fondos de inversión, que buscan capturar una mayor cuota de mercado. Estos fondos no están interesados en el margen de ganancia habitual del sector, sino en el volumen financiero que mueve, lo que genera una presión a la baja en los precios.
El informe destaca la importancia de mantener una vigilancia constante sobre la morosidad, que se ha mantenido estable desde la última crisis financiera. Esta estabilidad sugiere que, aunque no haya un aumento alarmante de la morosidad, sigue siendo un área crítica que requiere atención. Además, el estudio subraya la necesidad de defender los honorarios de los administradores de fincas para asegurar una gestión adecuada y evitar prácticas que puedan perjudicar a las comunidades.
Hablamos pues, de un diagnóstico vital y pionero en el sector de la administración de fincas en Málaga, destacando la necesidad de abordar la morosidad y los desafíos planteados por la entrada de grandes fondos de inversión. Mantener un control riguroso sobre estos aspectos será esencial para la sostenibilidad y el desarrollo futuro de esta profesión.
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