Pocas cosas han cambiado en este primer año de gobierno en lo que se refiere al funcionamiento de la ciudad. En opinión de su máximo responsable, José María Román, “Chiclana ni se ha parado ni ha bajado el ritmo”. En esta entrevista, el alcalde aborda algunas de las cuestiones fundamentales de estos primeros doce meses de gobierno.
¿Qué sensaciones le deja este primer año de gobierno?
Las sensaciones que me deja este primer año de gestión son muy buenas.
Tal y como era nuestro objetivo, después de las elecciones hemos seguido con el mismo ritmo de trabajo, con la concreción de inversiones muy importantes y, sobre todo, con el crecimiento de los servicios públicos. Desde los nuevos contratos de la recogida de basura hasta la ampliación de la limpieza viaria y del extrarradio, que se afronta por primera vez.
A ello tenemos que sumar toda la obra pública. Hablo del Yacimiento Fenicio, la Torre Mirador, Nueva Gadeira, la estación de autobuses, la Alameda y un sinfín de actuaciones en calles; sin olvidar proyectos como el de la Rana Verde, Fuenteamarga, la nueva pasarela sobre el Iro, etc.
En definitiva, Chiclana no para.
¿Cómo está funcionando la coalición de gobierno?
Pues, si tengo que decirle a un concejal de IU que está bien la cosa, se lo digo de la misma manera que a uno del PSOE y si le tengo que reprochar algo a algún concejal, me da igual si es de IU o del PSOE. Ambas cosas las hago desde la más absoluta normalidad y con el respeto correspondiente.
No obstante, este no es el gobierno del PSOE o IU, es el de la ciudad y yo, desde que empezamos a andar, no tengo recordatorio de siglas, sino que tengo un proyecto político, al que nos comprometimos con la ciudadanía, y un gobierno de ciudad.
Hace unos días me decían que Chiclana va imparable y yo le decía que no. De hecho, como se vio con el gobierno del PP, Chiclana se puede parar.
Las ciudades marchan, pero, como sucede ahora, lo hacen desde la estabilidad política.
Que la ciudad marche bien no es algo caído del cielo, es producto de mucha gente que se pone a ello; el Gobierno y la calle. Y esta última la forma desde el ciudadano más humilde al empresario más potente, pasando por todo el cuerpo del mundo laboral.
La clave de Chiclana es que se ha asentado un planteamiento de orgullo de ciudad, de proyecto en el que importa mucho la reputación de la ciudad, que, como hemos visto, se ha incrementado notoriamente en todos estos años, Y lo ha hecho como consecuencia de un buen hacer y de trabajar en plan hormiga, contando con todo el mundo; mientras que los demás han estado en cambios de rumbos continuos.
Las ciudades que cambian continuamente de rumbo no saben su destino y alejan la capacidad de inversiones y de progreso.
¿Qué hay de las actuaciones que están ligadas a la Junta? ¿Se está concretando ese ir de la mano que usted y Antonio Sanz escenificaron meses atrás en Alcadía?
Es cierto que tuvimos una reunión muy interesante y muy correcta con la Junta, pero, lamentablemente, solo se ha conseguido lo que se refiere a Carboneros. Que, eso sí, teníamos 800.000 euros de la ITI, que se nos quitó, y ahora, cuando ha vuelto, se ha quedado en 600.000.
Lo que vemos es que el Gobierno de la Junta está falto de capacidad de gestión y que, aunque manifiesta voluntades, después, el segundo nivel ejecutivo, está muy, muy lento. No va al ritmo que necesitan las ciudades andaluzas y, seguramente, tampoco al que necesita Andalucía.
Esto no ocurre solo con Chiclana. Sucede con nuestra localidad, pero también con Cádiz y con otras muchas ciudades.
¿En qué medida cree que está afectando a Chiclana?
Cuando planteamos Chiclana, su futuro, fue desde una realidad de crecimiento continuo y, por tanto, entendíamos que la respuesta de la Junta no podía ser la misma que la misma que a localidades que no lo hacen o que, incluso, decrecen. Pero, desgraciadamente, no está siendo así.
A ello se une que el diseño que hizo la Junta en los 90, en un contexto de planes de desarrollo, desarrollo de la bahía, etc., fue en base a una evolución demográfica que ha resultado errónea y que solo se ha concretado en Chiclana y Jerez.
Por consiguiente, lo lógico habría sido que la planificación en todos los sentidos (infraestructuras y equipamientos) se hubiese ajustado a esta nueva realidad demográfica.
Que quiero decir con esto, pues que, por ejemplo, toca acordarse de las carreteras de Chiclana, ya que estamos atendiendo a 220.000 habitantes, 140.000 de media. Es decir, mucha más población que cualquier otra ciudad de la Bahía de Cádiz.
De igual modo, estas necesidades, reales, hay que trasladarlas a lo sanitario, educativo, etc., pero, lamentablemente, la Junta no está dando respuesta a este nuevo paradigma de la Bahía de Cádiz.
En definitiva, los ritmos son lentísimos
Si hubiese que buscar un tema que, sobre todo en estos últimos meses, ha generado controversia, habría que hablar de la Zona Naranja, ¿qué le parece el movimiento de protestas que se está produciendo por parte de quienes representan a los trabajadores de la costa?
Para empezar, hay que decir que la Zona Naranja es una manera de abordar el turismo desde varios frentes.
Es una manera de generar una nueva movilidad e incorporar otros elementos de sostenibilidad a la movilidad actual.
Lógicamente, pretende que la persona que aparque y sea usuario de la playa, que es la gran industria de Chiclana, sea consciente de que va a un sitio de calidad y que va a abonar una mínima cantidad por ello.
En muchas playas del litoral andaluz, en las que aparcas en medio de un prado, te cuesta 5 o 6 euros. Por tanto, si vamos a aparcar en una playa urbanizada, parece lógico que se cobre algo.
Esto, además, nos va a ayudar a equilibrar cuentas frente a unas inversiones en playas que son superiores a los 5 millones de euros cada año.
Por otro lado, necesitamos que aparezcan plazas de aparcamiento.
En cuanto al tema de los trabajadores, no tiene mucho sentido que cada empleado vaya con su coche.
No obstante, si no se quiere afrontar ese mínimo coste, pueden dejar el coche en La Longuera y llegar a la costa en autobús lanzadera, que, por cierto, lo hemos tenido dos años y no ha sido utilizado como era de esperar.
A nosotros nos corresponde también defender los puestos de trabajo (más de 3.000 personas vienen a trabajar desde otras localidades) y, desde luego, el marco de la Zona Naranja también es para favorecer la empleabilidad en Chiclana.
Otros de los asuntos más criticados, en especial por el principal partido de la oposición (PP), es la subida de impuestos; concretamente el IBI.
Precisamente, hemos elaborado un cuadro que pone de manifiesto que el recibo medio de Chiclana está por debajo del de Cádiz, El Puerto de Santa María, Puerto Real, etc. Es más, está por debajo de la media de la provincia.
Curiosamente, durante el Gobierno del PP (entre 2011 y 2014) el nivel recaudatorio fue muy superior al de los posteriores gobiernos socialistas.
Concretamente, en ese periodo se pusieron al cobro más de 110.000 millones de euros, destacando los más de 29 millones de 2013.
Frente a esto, curiosamente, para este 2024, once años después, se estima recaudar algo más de 27 millones, pese a la subida del IPC en más de un 20 por ciento.
Eso sí, el PP hizo una cosa para hacer daño a la ciudad, bajar el IBI en su último año, para llegar de los 469 a los 290 euros. Esto provocó la situación de menos 16 millones de euros de agujero presupuestario que hemos ido recuperando progresivamente.
Pero, la mentira que dice el PP de subidas lo es porque con las dos subidas que se han hecho no se ha recuperado lo que Chiclana ingresaba de IBI en el año 2012.
Ahora, con mil habitantes más y muchos más servicios, lo hacemos todo con menos dinero que cuando gobernaba el PP.
En materia de seguridad, el último balance del Ministerio del Interior señala que ha bajado la criminalidad convencional, pero, por otra parte, cada vez asistimos a mayores episodios de narcolanchas en la zona de Sancti Petri, ¿qué valoración hace de esto?
Por un lado, yo creo que para nosotros es muy importante el convenio para el nuevo cuartel de la Guardia Civil, que está a la vuelta de la esquina y que va a propiciar que Chiclana siga creciendo como punto de referencia.
Además, hay que recordar que tenemos también un grupo contra el crimen organizado, que se dice pocas veces, pero que está aquí.
Por otro lado, a nivel de ciudad, hay que destacar que hemos incrementado la plantilla de la Policía Local. De hecho, para este año hemos incorporado 13 agentes más y, en este 2024, están previstos 26 policías locales.
Por tanto, estamos creciendo en presencia de ambos cuerpos, Guardia Civil y Policía Local, que, además, están apoyados por la unidad administrativa de la Policía Nacional y el mencionado grupo contra el crimen organizado.
En relación al narcotráfico, es evidente que hay una derivación de lo que había en el Estrecho a otras zonas de la costa y a Chiclana en cierta medida.
No obstante, toda la confianza en la labor que están realizando los distintos cuerpos.
En lo que se refiere a inversiones, Chiclana ha sido una de las ciudades que más y mejor se ha beneficiado de los fondos europeos, ¿qué horizonte de nuevas inversiones y proyectos se plantean en torno a nuevas partidas?
Hay que decir que España negoció 140.000 millones de fondos europeos y que no vamos ni por la mitad. Por tanto, nosotros esperamos seguir en esa línea.
De hecho ya hay algún planteamiento que estamos rediseñando de cara a seguir captando fondos europeos.
Ahí están los inmuebles de reciente adquisición, como el destinado a la futura ampliación del Museo de la Ciudad y otros más.
A ellos se unen los suelos adquiridos para el gran parque fluvial del río Iro, que se va a convertir en una de las grandes operaciones de ciudad, con casi un millón de metros cuadrados, y que se verá en los próximos años.
Todo esto y otras actuaciones esperamos que puedan ir abordadas con fondos europeos.
Una vez más, Chiclana se encuentra frente a una temporada turística en la que se juega gran parte de su generación de riqueza y empleo, ¿cómo la vislumbra?
Este 2024 se espera que sea un gran verano. De hecho, ya ha comenzado bien y las expectativas son muy positivas para un destino que, como Chiclana, es uno de los más atractivos para esas personas que buscan buenas playas, amplia oferta gastronómica, de ocio y cultural. Atractivos de los que Chiclana es y volverá a ser referente.
Si le digo tasa turística, ¿qué opina?
Nosotros, si tuviésemos que poner tasa turística, la pondríamos en julio y en agosto. Obviamente, no vamos a ponerla de noviembre a abril.
Afortunadamente, tenemos un turismo que cada vez se alarga más en torno al verano, pero que queremos extender hacia otros meses.
El verano, en toda su amplitud, cada vez está funcionando mejor en Chiclana. No solo en julio y agosto. Mayo, junio, septiembre y octubre cada vez son mejores meses, con resultados más positivos.
Nosotros vamos a seguir trabajando en esa línea, en la del mayor gasto/día, para que se extienda cada vez más.
En esto tiene mucho que ver lo que te estamos haciendo para mejorar e incrementar nuestra oferta de ocio, cultura, gastronomía, etc. y, por supuesto, equipamientos, carreteras, espacios ambientales, etc.
En materia de empleo, los últimos datos han sido positivos para Chiclana. Ustedes han apostado por ofertar una formación muy ligada (de la mano de lo que transmite el empresariado) al mercado, ¿qué respuesta están obteniendo?
Estamos ofertando una formación vinculada a lo que creemos que son demandas. Luego, no obstante, ocurre que, pese a tener todavía un número elevado de desempleados, los cursos no se llenan.
Hay un contexto ahí, que está en la mente de todos, que es la economía sumergida, que altera todos los datos en cuanto a desempleo, PIB local o a la hora de ver qué cursos son los de interés. Es un tema que hay que ir gestionando y que, lógicamente, no le corresponde al ayuntamiento.
Es un tema importante que, más allá de Chiclana, afecta a una parte de España, pero sobre todo a una parte muy importante de esta provincia.
Podríamos decir que se producen unos contrastes importantes, que hacen que muchas veces no tengan mucha lógica algunos de los datos.
En materia de urbanismo, ¿a qué ritmo avanzan los grandes planes de la ciudad?
En materia de urbanismo seguimos avanzando, aunque más retrasado de lo inicialmente previsto.
Los plazos de la Junta han sido más largos, pero vamos de común acuerdo y en coordinación con ella para aprobar inicialmente el POU, el Plan de Ordenación del Suelo Urbano, antes del verano o en el verano para, seguidamente, proceder a la exposición pública, estando prevista la aprobación definitiva para inicios de 2025.
Estamos contentos con lo que el POU está dando de sí, tanto en desarrollo de la ciudad comoe en vivienda, compactando la ciudad existente.
Luego, en paralelo, se abordan los primeros pasos del Plan General de Ordenación Municipal, la Chiclana de los nuevos desarrollos. Es un documento más complejo y difícil de gestionar como consecuencia de la LISTA
Hace unas semanas, el fiscal de Cádiz apuntó que se podría estar dando cierta relajación por parte de los ayuntamientos en materia de vigilancia de parcelaciones/construcciones ilegales, ¿se siente aludido?
Los problemas administrativos que tiene la Fiscalía y que tienen los Juzgados son los mismos que tenemos los ayuntamientos. Es decir, mucho trabajo y muy poco personal.
Nosotros estamos poniendo todo lo que podemos de nuestra parte, igual que lo hacen los fiscales y los Juzgados; con una carga de trabajo que es superior a las posibilidades de lo que podemos abordar.
Además, con respecto a las construcciones sin licencia, ahí está también todo lo que se ha hablado con notarios y registradores, que es un tema también muy complejo.
Pero de lo que no cabe ninguna duda, es que ningún técnico municipal ni ningún funcionario público ni ningún político ha firmado documento alguno para que las construcciones ilegales se puedan hacer.
Las compañías de electricidad dan suministro, se han inscrito las propiedades, etc.; con el ayuntamiento no ha ocurrido nada de eso.
Lamentablemente, no es solo un problema de Chiclana, sino de media Andalucía, que necesita de elementos administrativos de mayor inmediatez.
El proceso es tan históricamente garantista, que la capacidad real de actuar es bastante menor.
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