La cadenas cataríes ha informado del comienzo de las fricciones tribales por la negativa de uno de los clanes de la ciudad portuaria, de combatir a los rebeldes junto a las brigadas gadafistas enviadas ayer para contener en Ras Lanuf el avance costero de los milicianos, que finalmente tomaron el control.
La división política en esta ciudad con 135.000 habitantes puede significar un nuevo agrietamiento en el poder de Gadafi y su control sobre algunas de las tribus que mayor fidelidad han mantenido hacia Gadafi en el región de Tripolitania.
Sirte, sede de algunas carteras ministeriales, es uno de los principales bastiones de los gadafistas.
Algunas informaciones procedentes del bando rebelde señalan que los milicianos se aprestan para avanzar sobre Wadi Al Ahmar, a unos 100 kilómetros de Rus Lanuf, lo que sitúa a medio camino el avance de las fuerzas combatientes empeñadas en derrocar a Gadafi.
La defensa de este frente, bajo la dirección de Saedi al Gadafi, otros de los hijos del coronel libio, pondrá a prueba el empuje de los revolucionarios y la capacidad militar del régimen libio, que en más de 40 años ha debilitado progresivamente sus Fuerzas Armadas para sustituirlas por fuerzas paramilitares de obediencia a Gadafi.
De confirmarse el hallazgo en Ras Lanuf de 50 cadáveres uniformados y maniatados y con impactos de bala, como informó hoy a EFE el director del centro de información de la oposición rebelde en Bengasi, Mohamed Salem Musa, supondría una prueba evidente del tamaño de las disensiones y sus posibles repercusiones en Sirte.
"Fueron asesinados por no querer enfrentarse a las fuerzas revolucionarias", aseguró Musa, en referencia a los cadáveres encontrados.
La ciudad costera de Sirte está a unos 450 kilómetros al este de la capital y es uno de los principales enclaves defensivos de Trípoli si, como finalmente anuncian los rebeldes, llevan su ofensiva hasta la capital del país.
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