El director del centro, Antonio Castillo, declaró que a través de esta exposición podía conocerse el trabajo que los menores podían hacer, resaltando la importancia de su obra ya que la gran mayoría de ellos al llegar al centro tienen escaso o ningún contacto con el sistema educativo. "Estos no son simples trabajos de artes, hay una gran labor detrás de ello. Hay que valorarlo en su contexto real", señaló.
Los trabajos expuestos están a la venta a un precio simbólico. El dinero recaudado con la venta de los mismos irá destinado a las cuentas bancarias de los menores, lo que ofrece un valor añadido a la iniciativa. Los menores han realizado sus obras utilizando diversas técnicas tales como pastel, óleos, acrílicos, cera y acuarelas.
En la actualidad son doce los menores de La Marchenilla que están participando en el taller de pintura, con edades comprendidas entre los 14 y los 23 años. Estos talleres son una herramienta más en su proceso de integración social.
Marisa Piñatel, coordinadora de talleres del centro, habló de la iniciativa de los menores a la hora de emprender este tipo de trabajos, catalogándolos no sólo de educativos sino también de terapéuticos. También estuvo presente ayer en el acto de inauguración de la muestra la profesora encargada del taller. Aseguró a El Faro que no es una tarea fácil motivar a menores con problemas a la hora de realizar un trabajo, especialmente si nunca han tenido contacto con el mundo de las artes. A la par de difícil se podría decir que tiene un grado más de satisfacción, al ver el progreso entre los jóvenes internados
Por su parte, César Galiana, gerente del centro comercial de Los Barrios, señaló que la colaboración con el centro La Marchenilla la emprendieron el pasado año con la firma de un convenio para que ellos pudieran exponer sus pinturas y todos los trabajos que hacen en el centro de internamiento. "Dentro de la responsabilidad corporativa con la sociedad, pensamos que tenemos un deber y es el de devolver con este tipo de iniciativas algo de todo lo que recibimos", manifestó Galiana.
Labor
El centro de menores La Marchenilla, gestionado por la asociación Ginso mediante convenio con la Consejería de Justicia y Administración Pública de la Junta de Andalucía, se inauguró en septiembre del año 2002. Su finalidad es la reeducación y reinserción social de los menores infractores.
La misión del centro es velar para que se cumplan las medidas de internamiento impuestas a menores infractores, en virtud de los dispuesto en la Ley Orgánica Reguladora de la responsabilidad Penal, de Menores LO 5/2000.
En el centro se llevan a cabo diversos programas educativos, como formación reglada de eso, primer y segundo ciclo, cursos de alfabetización, español para extranjeros, bachillerato, pruebas libres en graduado en Eso y pruebas libres de acceso a módulos de grado medio.
Los talleres ocupaciones ofrecidos por el centro son de marroquinería, cerámica, diseño gráfico, pintura artística y carpintería.
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