El juez Howard Riddle comunicó su decisión a las partes en la vista celebrada en el Belmarsh Magistrates Court (tribunal del sur de Londres), dos meses después del arresto de Assange en Londres.
La Fiscalía sueca acusa a Assange de tres delitos de agresión sexual y de uno de violación tras la denuncia de dos mujeres, que aseguraron que los hechos ocurrieron en agosto de 2010.
Assange, cuyo portal de internet ha revelado miles de informaciones confidenciales consideradas sensibles por EEUU, fue detenido en Londres el pasado mes de diciembre, después de que se recibiera la orden de extradición de la Fiscalía sueca.
Riddle manifestó que no hay motivos para pensar que Assange no tendrá un juicio justo en ese país, ni para temer que será entregado a EEUU para ser procesado por traición tras la filtración a través de WikiLeaks de miles de documentos oficiales estadounidenses.
El magistrado argumentó que es justo que algunos elementos de los procesos por violación se mantengan en privado y que el sistema judicial sueco es lo suficientemente sólido para considerar que el fundador de Wikileaks afrontará un juicio con garantías.
Riddle señaló también que las declaraciones de las dos mujeres que presentaron las denuncias en su contra reflejan que no hubo consentimiento en la relación sexual y afirmó que en el Reino Unido se consideraría también violación una de las acusaciones.
Uno de los requisitos legales en el Reino Unido para dar el visto bueno a una orden europea de detención y entrega es que en la legislación nacional británica se pueda equiparar el delito por el que se solicita la extradición del acusado.
El juez Riddle rechazó asimismo el argumento de que los derechos humanos de Assange estén amenazados si es procesado en el sistema judicial sueco y restó importancia a la posibilidad apuntada por la defensa de que la opinión pública sueca, así como el Gobierno de ese país, ya hayan prejuzgado al fundador de WikiLeaks.
La defensa esgrimió como parte de este argumento que incluso el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, ha predispuesto a los jueces y los ciudadanos de su país en contra de Assange al criticar los argumentos de que Suecia no le garantizará un proceso justo y de que su defensa minusvalora los derechos de las mujeres.
"La defensa hizo referencia a la supuesta denigración de su defendido por parte del primer ministro sueco. Por esta y otras razones, se dijo que el señor Assange no recibirá un juicio justo. No acepto que este fuera el propósito del comentario o el efecto", explicó Riddle.
El juez dijo también no entender por qué Assange evitó ser interrogado en Suecia cuando se presentaron las acusaciones y consideró que los testigos que presentó la defensa durante la vista habían sido manipulados y carecía de credibilidad.
En esa vista, la defensa de Assange argumentó que una extradición supondrá que el fundador de Wikileaks será sometido a un juicio sin testigos, como lo establece la ley sueca para los delitos sexuales.
También afirmaron que si es entregado a Suecia, podría terminar en última instancia entregado a Estados Unidos, donde podría ser procesado por un delito de alta traición y ejecutado.
Detrás del proceso iniciado por la Fiscalía sueca, aseguró la defensa, hay una intención política de acallar la voz que ha puesto en jaque en los últimos meses a los Gobiernos de medio mundo.
La defensa de Assange, de 39 años, tiene ahora un plazo de siete días para recurrir el fallo de Riddle ante el High Court (tribunal superior) de Londres.
Su abogado, Geoffrey Robertson, pidió al juez que retire a Assange el dispositivo electrónico que permite a las autoridades británicas tenerle localizado en todo momento, afirmando que es "degradante" y asegurando que su defendido no es un fugitivo.
Robertson añadió que el dispositivo impide a Assange realizar ejercicio físico.
El juez denegó la petición de la defensa y subrayó que ya ha sido lo suficientemente generoso con las condiciones de libertad bajo fianza y vigilada que concedió al fundador de Wikileaks.
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