Ocultos en centenares de pequeños embalajes de plástico en la cámara frigorífica de un camión, el hallazgo de 1.137 kilos de cocaína en la ciudad senegalesa de Kidira, fronteriza con Mali, marcó a mediados de abril pasado un nuevo récord regional en la incautación de esta droga por vía terrestre.
Meses antes, en noviembre y en alta mar, la Marina senegalesa interceptaba una embarcación con 2.975 kilos de cocaína a bordo.
“Las drogas están cada vez más extendidas (…). La producción aumenta porque aumenta el consumo y, por supuesto, aumenta el tráfico para transportarlo a los destinatarios”, destaca a EFE Benoit Tine, profesor de sociocriminología de la Universidad Assane Seck de Ziguinchor (sur de Senegal) y uno de los mayores expertos regionales en toxicomanías.
Sin embargo, el destino de este tráfico ilícito, otrora Europa occidental y Oriente Medio, busca ahora diferentes usuarios.
Según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), el uso de drogas aumentó un 23 % en África occidental y central en la última década, mientras la tasa de prevalencia en el consumo (10 %) supera la media mundial (4,4 %).
El cannabis, los opiáceos, las anfetaminas, la cocaína y las pastillas de éxtasis son las cinco drogas de las que más se abusa en la región.
Un paseo por el Centro Integrado de Atención a las Toxicomanías (CEPIAD), situado en el hospital de Fann de la capital de Senegal, Dakar, refleja el drama numérico.
En este establecimiento público, uno de los pioneros de África occidental en ofrecer tratamiento de sustitución de opioides con metadona, y que desde 2014 ha atendido a más de mil personas, lo primero que llama la atención es la juventud de los tratados.
La mayor parte son menores de 35 años. En este grupo destaca el tramo entre los 10 y 29 años, quienes representan el 75 % de las personas que buscan tratamiento por abuso de drogas en la región, según cifras de la ONUDD y la Red Epidemiológica sobre el Consumo de Drogas en África Occidental (WENDU).
Asimismo, aquellos residentes en zonas urbanas cuentan con casi diez veces más probabilidades de consumir drogas.
El sesgo entre zonas rurales y urbanas resulta también evidente en la búsqueda de soluciones: la práctica totalidad de interesados en desintoxicarse (98,4 %) recibieron tratamiento en instalaciones ubicadas en ciudades.
“Cuando el gramo de determinadas drogas, como la cocaína, alcanza a veces los 100.000 francos CFA (unos 150 euros), comprendemos fácilmente el apetito que esto puede suscitar, el tráfico que genera, la enorme industria de blanqueo de este dinero que surge y los delitos relacionados con la droga que puede aniquilar todos los esfuerzos en materia de desarrollo”, destaca Tine.
La parte visible del iceberg
A pesar de las recientes aprensiones de cocaína, los derivados del cannabis, incluidos la resina y el hachís, constituyen la mayor proporción de drogas ilícitas incautadas en África occidental, lo que representa un 68,96 % de las drogas halladas en esta región.
De igual modo, la cantidad de cannabis requisado en África occidental aumentó progresivamente: de 139 toneladas en 2020 a 631 toneladas en 2021, y a un máximo de 892 toneladas en 2022, fecha del último registro.
“Se da tanta publicidad a las incautaciones hasta el punto de hacer pensar a la gente que ya no hay nada más que denunciar. Sin embargo, en criminología existen lo que llamamos números grises y números negros. Básicamente, estas incautaciones son (..) la parte visible del iceberg”, asegura el experto, quien estima que, por cada incautación, nueve casos pasan desapercibidos.
Junto a estas drogas, la región se ha convertido en el principal destino de opioides farmacéuticos, tramadol en particular, un potente analgésico cuya expansión la ONU califica de “epidemia”.
“En ciertos entornos existe una presión social (…) que empuja a las personas a buscar formas de mejorar su rendimiento físico. El tramadol se considera una forma rápida y eficaz de lograr estos objetivos”, asegura a EFE Feliciene Tia, investigador del Programa Nacional de Lucha contra la Droga de Costa de Marfil (PLNTA).
La cocaína se suele contrabandear desde América del Sur a África occidental, pero el origen del tramadol consumido en África es generalmente India y China, líderes mundiales de su producción.
Una vez descargado en puertos marítimos regionales, ubicados principalmente en Benín, Nigeria y Togo, el tramadol se abre camino hacia la zona del Sahel en autobuses, camiones y motocicletas.
No obstante, el elevado consumo sin receta de este fármaco en países como Nigeria hace sospechar a las autoridades que existe una industria local: sólo durante el periodo 2017-2021, el Sahel representó la mitad de los opioides farmacéuticos incautados en todo el mundo.
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