El patio de las doncellas del Real Alcázar de Sevilla ya tiene restaurados sus alfarjes gracias a una obra de recuperación y conservación que arrancó en julio de 2023 y que, tras ocho meses de intervención ha permitido su protección.
Con una inversión de 455.444 euros, los trabajos han incidido en la armadura de madera, interviniendo en los elementos constructivos y en los los estratos de policromía, actuando sobre la decoración de los mismos. Un equipo de 7 restauradores de la empresa Cambium S. L han ejecutado la intervención.
El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, y el restaurador Juan Carlos Castro han presentado hoy los trabajos, que ya disfrutan sevillanos y los más de 7.000 turistas que visitan a diario el monumento.
El criterio de metodología ha sido “reconocer el bien como parte integrante de su contexto físico, sustentar la actuación con una documentación rigurosa y contemplan la interdisciplinaridad en el proceso del equipo restaurador”, ha apuntado el restaurador, Juan Carlos Castro.
Ha dicho: “Ha primado el criterio de la mínima intervención”.
Por su parte, el alcalde ha señalado que la restauración “ha consolidado, ha conservado y ha respetado el original, con un tratamiento sobre la armadura de madera y los estratos de policromía”.
Ha valorado: “Se han recuperado los aljarjes, que son un testimonio excepcional del arte mudéjar. Estos alfarjes son testigos del paso de los siglos del Real Alcázar, reflejándose en ellos el transcurso de casi 700 años de historia”.
En la misma línea, Sanz ha agradecido la preocupación de los responsables del monumento “por mejorar un espacio único” y su “labor incansable por seguir poniendo en valor espacios del Alcázar”.
Cobrar entrada y plaza de España
Así, el alcalde ha advertido de la importancia de cobrar la entrada a los monumentos para que estos tengan un presupuesto para invertir en su conservación, recordando su propuesta para la Plaza de España, un lugar que “no es una plaza, sino un monumento”.
Ha dicho: “Ojalá todos los monumentos de Sevilla tuvieran la capacidad de inversión que tiene el Alcázar. Si la Plaza de España tuviera esa capacidad se podría mejorar, ya que no es una plaza, sino un monumento”.
De ahí que apueste por la implantación de la tasa turística. “Soy partidario de que al visitante que viene tiene que contribuir al mantenimiento del casco histórico. Si no se buscan fórmulas alternativas, es imposible. El que piense que se puede mantener con el IBI que pagan los sevillanos, es un iluso. Tiene que ser una tasa finalista. Que un porcentaje se destine para la rehabilitación del casco histórico, otro para la promoción de la imagen turística de la ciudad y, también, que llegue a todos los rincones de los barrios, para que se acometan obras”, explicó.
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