¿Recuerdan aquello de que si mi abuela tuviera ruedas no sería mi abuela? Pues la mía tiene. Y es que creer es complicado. Mirando al Real Jaén y a su historia, con más pupas que las del Atlético de Madrid, era difícil pensar que el equipo blanco se plantaría en la última jornada de la Liga con opciones de ascenso directo por segundo año consecutivo. Y es que ayer, los jugadores blancos creyeron como nunca y ganaron en el último suspiro merced a su corazón, su alma y su juego pese a las circunstancias a las que se tuvieron que enfrentar.
La victoria del Real Jaén, además, le da la confianza necesaria para salir en el último partido de Liga a utilizar ese cartucho que le queda y con el que podría ser campeón de Liga en El Ejido. Para ello necesita que el líder, el Torremolinos, caiga en casa contra el Málaga City también. No hay más cuentas que esas para cerrar un ascenso directo y no se jugará nada más el Real Jaén en tierras almerienses esta semana, porque ya tiene el segundo puesto asegurado de forma matemática y la clasificación para la Copa del Rey está en el bolsillo.
Así las cosas, el Real Jaén hizo los deberes ayer ante el Torremolinos, que no ha podido con los blancos esta temporada. Ni con Fajardo en el banquillo, ni con Roberto Peragón que tuvo que hacer malabarismos para afrontar las bajas con las que el equipo afrontaba un partido en el que los malagueños salieron a buscar un punto para firmar el campeonato y en casa del máximo rival de la campaña. Así es como salen los equipos pequeños y así es como se da el dicho que repetía Jabo Irureta hace años al decir aquello de que el que sale a empatar termina perdiendo.
El Real Jaén sabía que tenía que medir muy bien cada pase y que su puesta en escena no era solo para hacerle el pasillo al Torremolinos. Los jugadores de Roberto Peragón pisaron su césped creyendo en lo que hacen, sabiendo lo que les daría un triunfo y con el respeto hacia un rival que ha sido líder todo el curso pero al que no se le temía lo más mínimo. Si era el primer disparo de los visitantes, la primera conexión en ataque entre Adri Paz y Mario Martos supuso un golpe al Torremolinos, que encajaba el primer gol en un pase magistral y una resolución no menos brillante. Era solo el minuto 7, pero las intenciones del Real Jaén eran solo la de ganar para tener el golaverage a favor para la última jornada y buscar el título en El Ejido. Si sonaba a milagro, todo se iba dando conforme necesitaba el equipo jiennense, que le dio metros a los malagueños que tenían algunas acciones y que solo llegaban de lejos ante un Javi Sánchez que anunciaba el dulce momento de forma en el que está. Pero los locales tuvieron otra ocasión grande antes del descanso que pudo darles el 2-0 por mediación de Mario Martos, pero no cristalizó. Si fue real la lesión de Álvaro Muñiz tras una patada al tobillo que le obligó a ser sustituido. El Torremolinos pegaba feo y lo hacía con demasiado descaro y acumulaba cartulinas amarillas para la segunda parte.
En la reanudación del partido se le puso mala cara al Real Jaén cuando cayó lesionado Mauro a los tres minutos. Eso le costó a los blancos tener que volver a ajustar su dibujo con otros elementos para superar la merma por las ausencias, pero ahí entraba Don Óscar Lozano, que ayer fue padre y ya saben aquello de que los niños vienen con un pan debajo del brazo. Sin Mauro los de Peragón comenzaron a sufrir mucho y el Torremolinos las tuvo de todos los colores, pero era Javi Sánchez el que las desbarataba todas para hacerse gigante mientras el Real Jaén salía con una bala con Óscar Lozano y solo Cuenca anulaba un zapatazo que pudo terminar con el partido. Pero fue el Torremolinos el que logró la igualada a 10 minutos para el final. Fran Castillo era quien superaba al meta local y llevaba el delirio a su afición ante la desilusión de los jiennenses porque veían que en la segunda parte debió ser expulsado Sergio Díaz y no lo fue tras un entradón a Adri Paz al que le quería hacer daño, como el resto de jugadores del Torremolinos que no respetaron ni a que el Real Jaén tuviera un jugador tendido en el terreno de juego. Pero eso del Kharma es lo que se asocia también a los sueños y tras dos prolongaciones de la colegiada del partido el Real Jaén tuvo la última en un disparo de Óscar Lozano que se topó con la fortuna al rebota el balón en un rival y este colarse hasta la portería para cantar gol, emocionarse, mirar al cielo, a la grada, a las lágrimas de muchos y a un sueño que tiene en este partido ese sabor de que sí se puede.
Y si no es el próximo domingo puede serlo en el play off. Es cuestión de esperar un poquito más o esperar la derrota ante el Málaga City del Torremolinos porque los de la academia se juegan tanto como lograr todavía la salvación. El Real Jaén estará en El Ejido donde los almerienses están virtualmente salvados y solo les condenaría un triunfo del Huétor Tájar en casa del Atlético Malagueño. Hay vida, hay esperanza y el sueño sigue poniéndole a mi abuela dos ruedas.
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