La lectura debería formar parte del día a día de cada persona. Leer es una forma de sentir placer y adentrarte en la fantasía, la memoria, la imaginación, la emoción, tu raciocinio ó tu inteligencia mientras se va creando tu propio mundo. Leer es adentrarte en el regocijo de conseguir poner tu mente en blanco para que sólo aparezcan secuencias de capítulos llegando a poner voz e imagen a las letras. Leer es uno de los gozos más infravalorados que tiene el ser humano pues mientras debiera ser prácticamente obligatorio, cada vez se jactan más de que no han cogido un libro en sus cortas vidas. Tristemente real.
Bueno, pues esta lectora empedernida ha tenido el honor de disfrutar del día del libro en los centros escolares de la localidad. Cada vez realizan actividades más atractivas para el alumnado pues la lectura y la belleza pueden ir de la mano perfectamente.
En ese preciso momento, inicié la lectura de Neil Portman ‘La desaparición de la niñez’. Fui capaz mientras leía el primer capítulo de adentrarme en todos y cada uno de los recuerdos que me ofrece mi infancia, mi adolescencia, mi juventud y ahora, mi adultez. Mi cerebro comenzó a liberar serotonina a golpe de risa. Qué bonita manera de leer. Pero la realidad me atusó fuerte al levantar la cabeza y acabar comprendiendo que todos y todas esas niñas que tenía cerca de mí se perdería tan preciosas etapas.
Neil Portman en su libro explicita que las distintas etapas por las que el ser humano va pasando con el paso de los años no están biológicamente prefijadas sino que ha sido la propia sociedad las que las ha ido encuadrando rangos de edad, por lo que su autor, barajaba no solo las causas de la desaparición del concepto de infancia, sino que también nos adelantaba las consecuencias que podría tener en un futuro cercano. Futuro al que hemos llegado pues dicho libro fue publicado en el año 1982 .
Las etapas de vida se han ido alterando. Cada vez la edad infantil se va acortando, la adolescencia se inicia antes que la pubertad y la adultez da comienzo con una falta de madurez atroz.
Hace algunas décadas tenían normalizado que los niños y niñas no tuviesen ninguna de las etapas mencionadas pues prácticamente comenzaban a trabajar a muy cortas edades. Pero como se suele decir “ni tanto ni tan poco”.
Me educaron con la famosa frase “cada edad tiene lo suyo así que no corras tanto”. En plena edad del pavo no le encontraba sentido, pero hace años que le doy gracias a la vida porque mis padres me educaran bajo esa premisa, pues el comportamiento infantil actual se ha convertido en el vivir aquí y ahora, en la diversión y la despreocupación, en la falta de disciplina, en las compras absurdas, jovenes hipersexualizados, insolencia continuada, falta de límites y retraso evolutivo que provoca el progreso de las famosas nuevas tecnologías, que ya no son tan nuevas.
El progreso y el futuro vienen de la mano de las nuevas generaciones, pero como las antiguas generaciones no les pongamos límites y seamos capaces de educar en el respeto, en no infantilizarlos y acomodarlos a bombo de “el todo o nada” tendremos unos adult@s (cuanto menos) inmaduros.
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