Japón es el país más longevo del mundo y se estima que España le suceda en 2040, dos sociedades envejecidas que se enfrentan al reto de la sostenibilidad económica de su demografía, uno de los aspectos que han destacado expertos de las dos naciones en la Cumbre España-Japón de la Universidad de Salamanca.
Los profesores japoneses que han intervenido en las primeras sesiones del encuentro, organizado por el Centro Internacional sobre el Envejecimiento (CENIE), han asegurado que la solución que ha encontrado su país a las consecuencias económicas del envejecimiento poblacional es que las personas puedan seguir trabajando después de los 65 años y lo han descrito como "una sociedad que esté activa hasta el final de su vida".
"Hasta que no logremos que aumente la natalidad y ese aumento tenga efectos en el mercado laboral, debemos promover la empleabilidad entre la gente mayor, necesitamos un mayor número de personas que sigan trabajando para sostener la economía", ha indicado Atsushi Seike, profesor de la Universidad de Keiō.
Japón ha pasado en 20 años de tener un 10 % de mayores de 65 años a un 20 %, algo que "tiene un impacto muy importante tanto en la oferta como en la demanda", ha subrayado el académico.
"La población activa mayor es una parte indispensable de la economía japonesa, ha ido aumentando en las dos últimas décadas: la población activa de 65 o más años era apenas de 5 millones en el 2000 y en 2023 ya superó los 9 millones", ha explicado.
Por su parte, la profesora emérita de la Universidad de Tokio Hiroko Akiyama ha considerado que el siguiente reto, después de lograr aumentar la esperanza de vida y de trabajar para que esa mayor esperanza de vida sea sana, "es que la esperanza de vida ahora esté comprometida con el resto de la sociedad".
La académica se ha referido a estudios que prueban que "las personas japonesas quieren seguir trabajando después de los 65 años" y ha señalado la importancia de eso para "mantener la financiación de la seguridad social".
Por otro lado, el presidente del Consejo Económico y Social de Castilla y León, Enrique Cabero, ha hecho un llamamiento a "no desperdiciar el talento de las personas mayores" y a valorar "el enriquecimiento colectivo que suponen los equipos intergeneracionales".
El reto de la elección: que los mayores puedan decidir cómo vivir
Otro de los temas que han marcado la primera jornada de la cumbre, que termina mañana con sesiones en grupos de trabajo, es cómo se organizan los cuidados de las personas mayores y el reto de que puedan elegir cómo pasar los últimos años de su vida.
La directora del IMSERSO, María Teresa Sancho, ha recordado en este sentido que el propósito "no es vivir sin fin, sino envejecer bien, a gusto", y que eso "no es tan fácil a veces".
"Sin cuidados no hay sociedad, antes se dirimían en el ámbito de la intimidad, gestionados por las mujeres que estaban en las casas, todo pasaba en silencio y de manera invisible, ahora son una responsabilidad de todos, aunque sigan recayendo sobre ellas", ha indicado.
La experta ha invitado a hacerse una pregunta clave: "¿Qué desean esas personas mayores, les gusta vivir en una institución? ¿Quieren acabar sus vidas en una institución? Cuantos más años tenemos, menos ganas tenemos de ir a las instituciones".
Entre los retos que tiene España en el ámbito de los cuidados ha destacado la "heterogeneidad de los mayores de 80 años", quienes más requieren de esa ayuda, así como el hecho de que aún están "muy separados" los servicios sociales y los sanitarios.
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