Un equipo de investigadores españoles ha logrado, por primera vez en el mundo, obtener electricidad aprovechando el calor del subsuelo en un volcán situado en la Antártida con el fin de proporcionar energía continua a dispositivos que vigilen la actividad volcánica.
Este hito ha sido logrado por el grupo de Ingeniería Térmica y de Fluidos de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), en el marco de un proyecto VIVOTEG, en el que también colabora el grupo de Astronomía, Geodesia y Cartografía de la Universidad de Cádiz, el grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos de la Universidad de Buenos Aires y el IDEAN -Instituto de Estudios Andinos ‘Don Pablo Groeber’ (Argentina).
En una nota de prensa la Agencia Estatal de Investigación señala que este hito "supone un avance de alcance para que la comunidad científico-tecnológica pueda desarrollar en el futuro un sistema capaz de predecir erupciones volcánicas y reducir así el impacto sobre la población".
El proyecto VIVOTEG, financiado por la Agencia Estatal de Investigación dentro de la Campaña Antártica Española 2023/2024, ha aportado así "un avance de alcance" al resolver el problema de las baterías que requieren las estaciones de vigilancia volcánica situadas en zonas inhóspitas.
“Esta tecnología podría ser extrapolada a muchos otros volcanes del mundo, lo que contribuiría a aumentar la seguridad de la sociedad al mejorar la vigilancia remota con una mejor y mayor anticipación a las erupciones volcánicas”, defiende el equipo de Ingeniería Térmica y de Fluidos de la UPNA, liderado por el catedrático David Astrain.
El proyecto VIVOTEG (Generadores Termoeléctricos Autónomos para Vigilancia Volcánica) es uno de los 19 que financia la Agencia Estatal de Investigación (AEI) dentro de la Campaña Antártica Española 2023/2024.
Se objetivo era desarrollar una tecnología inédita, que ha sido patentada, basada en generadores termoeléctricos capaces de aprovechar el calor geotérmico presente en las fumarolas de los volcanes activos para producir electricidad y poder así alimentar las estaciones de vigilancia volcánica.
Aprovechar la diferencia de temperatura
La tecnología desarrollada se basa en módulos termoeléctricos que son capaces de transforman el calor geotérmico en energía eléctrica, aprovechando la diferencia de temperatura que hay entre el calor de las fumarolas y el frío aire ambiente de la Antártida.
"Esta tecnología, combinada con intercambiadores de calor pasivos de alta eficiencia y sin partes móviles, es sumamente robusta, fiable y compacta, y tiene la gran ventaja de producir energía eléctrica de manera continua, con independencia de las condiciones ambientales o la radiación solar”, explica Astrain.
El catedrático explica que se estima que el 10 % de la población mundial vive a menos de 100 km de distancia de un volcán activo, con posibilidades de entrar en erupción.
Por ello, "el estudio geológico y la vigilancia volcánica son extremadamente importantes para conocer mejor estos fenómenos y poder predecir una posible erupción, reduciendo el potencial impacto sobre la población", incide el catedrático.
Pocos volcanes monitorizados
Sólo el 30 % de los volcanes activos del mundo están siendo monitorizados, según la World Organization of Volcano Observatories.
"Una de las razones principales de esta carencia se encuentra en el reto tecnológico que representa el suministro energético necesario para alimentar los sensores de medida y equipos de emisión de datos geológicos y vulcanológicos, especialmente en lugares remotos y de climatología extrema”, detalla.
Este generador termoeléctrico geotérmico se ha instalado en la Isla Decepción, uno de los dos volcanes activos que existen en la Antártida, donde se desarrollan varios proyectos de investigación relacionados con la geología volcánica, alojados en la Base Militar Española Gabriel de Castilla.
“Se trata, por tanto, de un avance inédito y muy significativo en la investigación polar, al ser la primera vez que se logra esta generación renovable y continua de energía eléctrica en la Antártida, mejorando el estudio geológico y la vigilancia volcánica de la zona. Con la instalación de estos generadores será posible, por primera vez, tener datos geológicos en tiempo real durante todo el año, incluida la invernada, y en diversos lugares de la isla alejados de la base Gabriel de Castilla”, defiende Astrain.
Los investigadores advierten de que los primeros resultados de esta tecnología son" prometedores". Instalarán más generadores termoeléctricos en la próxima Campaña Antártica.
“Si demostramos el correcto funcionamiento durante todo el año en la Antártida, esta tecnología podría ser extrapolada a muchos otros volcanes del mundo, lo que contribuirá a aumentar la seguridad de la sociedad civil, al mejorar la vigilancia volcánica remota con una mejor y mayor anticipación a las erupciones volcánicas”.
Este proyecto está cofinanciado por fondos europeos.
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