La operación Picador, de la que informó ayer en rueda de prensa el jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Sevilla, Manuel Piedrabuena, y el jefe de Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, Javier Moscoso, se ha realizado en dos fases y cuenta con nueve detenidos.
Junto a los detenidos y a la droga incautada, los agentes han hallado armas de guerra, concretamente un subfusil ametrallador con silenciador incluido, un rifle con mira telescópica y silenciador, y un revólver cargado, además de pasamontañas, artefactos explosivos, equipamiento de vigilancia y control de personas y documentación relacionada con el tráfico de drogas y teléfonos satélites.
Los hechos comenzaron cuando la Guardia Civil supo que un barco pesquero de bandera portuguesa iba a llegar a Punta Umbría (Huelva) cargado de hachís y tras tres días de búsqueda accedieron a un pesquero que probablemente había sido abandonado.
Los agentes encontraron en las bodegas de la embarcación 112 fardos de hachís con un peso de 3.400 kilos, y que, según los responsables de la operación, podrían haber alcanzado un valor en el mercado de 500.000 euros, y detuvieron días después a tres personas, dos de ellos pescadores, en la provincia de Huelva.
A raíz de las detenciones, la Guardia Civil contactó con la Udyco de Sevilla, que investigaba desde hace ocho meses una organización dedicada al tráfico de hachís, vinculada a la primera, procediéndose al resto de detenciones.
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