Investigadores de la Estación Experimental del Zaidín de Granada (EEZ-CSIC) han identificado un gen de un hongo que regula el cobre de las plantas en suelos contaminados, el encargado de proteger y favorecer el crecimiento de los cultivos en suelos con metales pesados.
Este gen está asociado a las raíces y mejora el crecimiento de las plantas tanto en entornos contaminados con cobre como en deficientes en este nutriente.
Dichos microorganismos poseen la capacidad de filtrar este metal pesado, esencial para la fotosíntesis vegetal, para aportárselo a la planta cuando hay escasez y también se encarga de "ajustar la dosis" para no perjudicarlas cuando hay exceso del mismo en el terreno.
Los investigadores se centran en uno de los hongos del suelo que regulan la disponibilidad de cobre para la planta, el hongo micorrícico arbuscular, cuyo genoma no está totalmente estudiado en la actualidad, por lo que se desconoce cómo ejerce algunas de sus funciones biológicas.
El trabajo identifica y arroja luz sobre cómo opera uno de estos genes, una información con la que podría desarrollarse un marcador molecular que permita identificar hongos micorrícicos que se asocien con la planta en una relación de beneficio mutuo para regular el cobre que adquieren los vegetales.
Asimismo, podrían emplearse como biofertilizantes y bioprotectores que mejoren las estrategias de cultivo.
Por un lado, este tipo de hongos micorrizos, obtienen de la planta compuestos carbonados que necesitan para desarrollarse, como son los carbohidratos y lípidos, y por otro lado, el hongo ayuda a las plantas a obtener los nutrientes minerales del suelo.
Esta asociación también aporta protección frente a agentes patógenos y ayuda a las plantas a enfrentarse a condiciones adversas, como la sequía.
"Al principio el organismo vegetal identifica el hongo como algo malo, pero a medida que pasa el tiempo, lo reconoce como un aliado. Nuestro objetivo es encontrar una forma de 'vacunar' a las plantas con biofertilizantes enriquecidos con estos microorganismos, de forma que respondan mejor a condiciones adversas", ha explicado a la Fundación Descubre la investigadora de la EEZ-CSIC Nuria Ferrol.
Como primer paso, el equipo del EEZ-CSIC se ha centrado en analizar el mecanismo biológico por el que el hongo regula el aporte de cobre a las plantas, una proteína que transporta el cobre fuera del hongo.
Esta proteína, ubicada en la membrana de este microorganismo, es como un mensajero que absorbe el mineral y lo lleva a la raíz vegetal cuando hay escasez y lo expulsa de su organismo cuando hay exceso.
El próximo paso de las investigadoras será analizar otros mecanismos biológicos que regulen el transporte de cobre para poder desarrollar inoculantes compuestos por hongos que puedan formar una relación simbiótica beneficiosa con la planta para reducir los problemas asociados con la contaminación por este metal.
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