El hombre acusado de asesinar a su padre de numerosos golpes en la cabeza durante un brote de esquizofrenia, que se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 25 años de internamiento en un centro psiquiátrico, ha declarado este lunes que ese día no vio a su padre, al que quería y con el que nunca peleó.
El acusado se ha declarado inocente durante la primera de las tres sesiones señaladas en la Audiencia de Granada que se celebran con un jurado popular formado por seis hombres y tres mujeres.
Aunque su defensa ha pedido que el procesado pueda seguir las sesiones desde prisión para reducir el riesgo de una descompensación de su salud mental y el resto de las partes no se ha opuesto, este extremo no ha sido posible por cuestiones técnicas.
Los hechos juzgados desde este lunes se remontan al 30 de marzo de 2022 cuando el procesado se reunió en su vivienda de Albolote (Granada) con su padre, de 76 años, que iba a acompañarle a una cita de salud mental.
Comenzó entonces una discusión en la que el procesado le quitó las gafas a su padre y empezó a golpearle, una agresión en la que utilizó un pico de obra de unos 50 centímetros de longitud con el que golpeó de manera reitera a la víctima en la cabeza y el tórax.
Después de la agresión y de subirse sobre su padre para aplastarle el tórax, dejó el cuerpo en la calle y se marchó.
Aunque el septuagenario fue atendido en un centro hospitalario, murió pocas horas después del ataque por los golpes producidos por su hijo.
El procesado, con un diagnóstico de esquizofrenia paranoide de evolución continua, sufrió en el momento de los hechos una descompensación que lo privó de sus capacidades volitivas e intelectivas, según la Fiscalía.
Se ha declarado este lunes inocente de los cargos y ha dicho que ese día no tuvo contacto con su padre, que salió a las 13:10 horas de su casa solo a buscar trabajo y fue detenido, pero que nadie le ha explicado los motivos.
A preguntas de la Fiscalía, el procesado ha apuntado también que desconoce tener un diagnóstico de salud mental, que tampoco sabía nada de una cita médica el día del asesinato ni ha tomado o toma ningún tratamiento para una esquizofrenia que tiene diagnosticada.
Sí ha recordado que en otra ocasión estuvo ingresado en el hospital 15 días por orden judicial, "pero me dejaron libre".
"Mi relación con mi padre es fenomenal, no he discutido nunca con él. Me deja vivir en la casa y nos llevamos bien", ha añadido el procesado, que ha negado que amenazase a la víctima y ha relatado que todos los días a las nueve de la mañana se veían, salvo el día de los hechos.
"Yo le quería muchísimo, es lo único que me quedaba, mi padre y mis hijos", ha repetido el procesado, que ha reconocido tener una mala relación con sus vecinos por unas obras que hizo la víctima.
La Fiscalía, que califica los hechos como un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y el agravante de parentesco con eximente, ha solicitado su internamiento en un centro psiquiátrico durante 25 años y otros 10 de libertad vigilada.
La acusación particular que ejercen los hijos del acusado como nietos rebajan ese internamiento a 15 años y la que representa a los otros dos nietos del fallecido la amplía hasta los 30 años de internamiento y 15 de libertad vigilada.
El juicio continuará este martes con la declaración de las vecinas y de los agentes que actuaron tras los hechos.
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