El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, parte este lunes a Estados Unidos, donde celebrará en los próximos días una cumbre con el presidente de este país, Joe Biden, y con el de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., y abordará la ampliación de la cooperación de seguridad y económica ante el auge de China.
La visita de Estado de Kishida a EE.UU. será la primera de este tipo de un líder nipón en los últimos nueve años, mientras que la cita a tres bandas con Marcos será la primera hasta la fecha, un reflejo de cómo Tokio y Washington buscan redibujar el mapa de las alianzas regionales en el nuevo contexto geopolítico.
Una red de seguridad "multicapas"
Uno de los principales objetivos del viaje es, según Kishida, "avanzar en la cooperación con países afines en seguridad, incluyendo equipamiento y tecnología de defensa, para establecer una red multicapas" y "expandir y mejorar las capacidades de disuasión".
El primer ministro nipón hizo estas declaraciones en una entrevista a los medios locales antes de su viaje, en las que mencionó "el entorno de seguridad cada vez más complicado" que enfrenta Japón.
El líder nipón, como es habitual, evitó hacer alusiones concretas a Pekín, aunque el gigante asiático es junto a Corea del Norte la principal preocupación de seguridad de Tokio, como queda reflejado en la renovada estrategia de defensa multianual nipona, que incluye una dotación presupuestaria sin precedentes y nuevas armas como misiles de largo alcance para hacer frente a posibles contingencias regionales.
Japón, al igual que Filipinas, mantiene disputas territoriales con Pekín, y viene denunciando en los últimos años un incremento de la actividad militar china en sus aguas que han deparado algunos incidentes.
En este contexto, Japón y Filipinas -países que según Tokio son "afines" al compartir su defensa de un "orden internacional libre y abierto- han sellado varios acuerdos recientemente en el campo de la seguridad marítima.
Entre ellos figura el compromiso de Japón de ofrecer asistencia a Manila de sus Fuerzas de Autodefensa (Ejército) para dar respuesta a desastres naturales, o la transferencia de un sistema nipón de radar de alerta temprana que incrementa las capacidades filipinas de detección de cazas o misiles.
Japón, Estados Unidos y Filipinas buscan ahora dar un paso más en esta red de cooperación con la creación de un marco para coordinar respuestas en caso de incidentes marítimos y para reforzar las maniobras militares conjuntas.
Esto incluirá aspectos más concretos como la participación de efectivos de las guardas costeras niponas y filipinas en misiones de patrulla lideradas por Estados Unidos en el Indo-Pacífico que arrancarían este mismo año, según señalaron fuentes diplomáticas a la cadena japonesa NHK.
Otra "capa" más del entramado que aspiran a crear los tres países sería el establecimiento de una plataforma conjunta de ciberdefensa, lo que supondría una expansión del esquema actual con el que cuentan Japón y Estados Unidos, y concebido principalmente para hacer frente a ciberataques procedentes de China, Rusia o Corea del Norte, según adelantó el diario nipón Nikkei.
Semiconductores, acero y níquel
Kishida visitará además el estado de Carolina del Norte, donde la multinacional nipona Toyota cuenta con una planta de producción para vehículos eléctricos, y abordará con Biden previsiblemente la controvertida adquisición de la siderúrgica estadounidense U.S. Steel por parte de la japonesa Nippon Steel, operación sobre la que el propio presidente estadounidense ha expresado reticencias.
Ambos mandatarios también discutirán cómo mejorar las cadenas de suministro de materias primas para baterías eléctricas y de producción de semiconductores, además de la cooperación en la investigación espacial y en el desarrollo de la inteligencia artificial, según los medios nipones.
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