Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han desarrollado un tipo de ladrillo más poroso y duradero elaborado con fibra de carbono reciclada procedente de palas de aerogeneradores desechadas, un material más resistente frente a la cristalización.
Un equipo de expertos del departamento de Mineralogía y Petrología de la UGR ha obtenido un tipo de ladrillo poroso más duradero frente a la cristalización de la sal, mediante la utilización de residuos de fibra de carbono provenientes de palas de aerogeneradores desechadas, usados como aditivos en su fabricación.
El objetivo de este trabajo es desarrollar un ladrillo respetuoso con el medio ambiente, que utilice menos materias primas y cumpla con los estándares requeridos para su uso en la construcción.
El descubrimiento realizado por el grupo de investigadores de la UGR permite disminuir la dependencia de recursos no renovables como la arcilla y además plantea beneficios económicos y medioambientales muy significativos.
Los ladrillos elaborados en el marco de este estudio se han fabricado de manera manual, siguiendo la metodología tradicional, y se han cocido a 800, 950 y 1.100 grados centígrados.
En un esfuerzo por maximizar el aprovechamiento de residuos sin comprometer la consistencia de la mezcla arcillosa, se ha incorporado el 5 % y 10 % en peso de polvo de fibra de carbono, ya que una adición mayor dificultaría el correcto amasado teniendo en cuenta la ligereza del residuo en relación con su volumen.
Los ladrillos se han realizado con diferentes técnicas analíticas para determinar la influencia de la fibra de carbono en su calidad y medir desde los tamaños de la partícula de las fibras a un análisis microtextural mediante microscopía electrónica de alta resolución.
La investigación ha revelado que la fibra de carbono proveniente de las palas de los aerogeneradores contiene además resinas y compuestos termoplásticos que, durante la cocción, se consumen generando microporos y mejorando significativamente la conductividad térmica de las piezas cerámicas.
En términos de durabilidad, la investigación ha permitido observar que los ladrillos cocidos a 950 y 1.100 grados con fibra de carbono experimentan la menor pérdida de material en comparación con los ladrillos elaborados solamente de arcillas, demostrando así una mayor resistencia al ataque de la sal y una mayor durabilidad.
Este hallazgo revela además la capacidad de la fibra de carbono para mejorar la resistencia estructural de los ladrillos en condiciones ambientales agresivas, consolidando su posición como una opción duradera en la construcción sostenible.
Los resultados muestran que la integración de fibra de carbono en la producción de ladrillos supone una gran oportunidad para reducir el consumo de una materia prima no renovable como la arcilla y reutilizar la fibra de carbono de las palas de aerogeneradores.
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