Andalucía

El ahorro eficiente en el hogar

Ahorro y eficiencia energética son dos aspectos que el ciudadano de a pie puede trasladar a su propio hogar, con usos cotidianos que pueden reducir de forma considerable su factura energética y la emisión de gases contaminantes.

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  • La apuesta por la energía solar en el Parque de las Ciencias de Granada. -
La energía es el motor de la vida. Los ciudadanos necesitan el funcionamiento de electrodomésticos, de vehículos motorizados, alumbrado de las ciudades, etc. La demanda de energía es responsable del 80% de las emisiones de gases responsables del efecto invernadero, lo que provoca que el consumo de energía se constituya como uno de las causas más sólidas del cambio climático. Por preservar el medioambiente, para evitar el agotamiento de los combustibles fósiles, por el encarecimiento del crudo... Por estos motivos Andalucía apuesta por ser una comunidad más sostenible y se ha marcado el reto de reducir un 8% el consumo de energía primaria en 2013 -respecto a la consumida en 2006- y que para ese mismo año el 27,7% de la energía que consuman los andaluces provenga de fuentes renovables.

Esos son dos de los objetivos que persigue el Plan Andaluz de Sostenibilidad Energética (PASENER) 2007/2013 de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, un documento que recoge la planificación de la política energética de Andalucía orientada a dar respuesta a las necesidades de abastecimiento de energía de la sociedad andaluza sin generar desequilibrios ambientales, económicos y sociales. Ahorro y eficiencia energética suponen además un valor añadido que incrementa la competitividad de las empresas, mejora el medio natural y supone un ahorro económico para las familias. En este sentido, el ciudadano tiene un papel activo, ya que debe realizar un consumo eficiente de energía en su vida diaria, tanto en el ámbito doméstico y profesional, como en el transporte.

Lo cierto es que el ciudadano de a pie puede conseguir, con pequenos gestos cotidianos reducir su factura energética, realizar un consumo eficiente de sus electrodomésticos y aportar su granito de arena para evitar más emisiones de CO2 a la atmósfera. Uno de los ejemplos más sencillos es eliminar el consumo de los aparatos electrónicos que se quedan en stand-by, es decir, aquellos que se quedan con el piloto encendido (la televisión, la TDT, el DVD...) cuando se apagan o que siguen enchufados aún sin usarse, como el cargador del móvil. Estos aparatos consumen hasta el 10% del total de la factura energética de un hogar: podríamos ahorrar 40 euros anuales si los apagamos a través de una conexión múltiple con interruptor, con lo que los desconectaríamos todos juntos a la vez.

Otro de los grandes gastos de los hogares lo tenemos en los sistemas de calefacción. Calentar nuestra vivienda se lleva el 41% de la energía que se gasta, factura que se vería reducida si se aíslan bien las ventanas (la pérdida de calor puede llegar al 30%) o se instala doble cristal, o mantenemos el termostato a 20 grados en invierno y a 25 en verano (cada grado de más incrementa el consumo un 7% y ese grado reducido en mil equipos de calefacción ahorraría energía para abastecer el consumo eléctrico de ocho viviendas durante un año).

Pero además, podemos recurrir a la instalación de chimeneas y estufas de biomasa que utilizan como combustible los pellets, un biocombustible sólido que se obtiene a partir de residuos agrícolas o forestales. Además de reducir la tala de árboles, estas estufas reducen la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera y se pueden instalar en cualquier sitio. La Agencia Andaluza de la Energía incentiva la adquisición de este tipo de calefacción, de las que ya se han adquirido más de 1.400 en Andalucía.

Otros consejos prácticos para reducir nuestra factura energética en el hogar son la adquisición de ordenadores con el sistema “Energy Star” (el sistema queda en reposo cuando no se usa ahorrando hasta un 80% de energía); la sustitución de bombillas incandescentes por las de bajo consumo (duran 10 veces más, ahorrando hasta 120 euros en su vida útil -unas 15.000 horas- y se reduce la emisión de contaminantes); o la eliminación de fugas (revisar las luces antes de acostarse, usar la lavadora a plena carga o purgar los radiadores evitaría en un 40% las pérdidas de energía, más cuando un 10% de la que se consume en una casa se derrocha).

La cocina se lleva, sin contar con la lavadora y la secadora, el 11% del consumo energético del hogar. Es fácil reducir en un 60% el consumo al guisar si se usa olla a presión, adaptar el fuego al tamaño de la olla utilizada, taparla mientras se cocina o bajar el fuego cuando empieza a hervir. Además, conseguiríamos un ahorro del 30% si se descongela el frigorífico cuando el hielo alcance un grosor de tres centímetros. 

En cuanto a los electrodomésticos, además de apostar por la compra de los clasificados de clase A -el Plan Renove los incentiva-, consejos como utilizar lavadoras y lavavajillas a plena carga, con programas de temperatura baja u optar por los bi-térmicos, nos pueden servir para reducir la factura energética.

UNA COMUNIDAD EFICIENTE
Pero no sólo se puede apostar por el ahorro y la eficiencia energética en el interior del hogar. También la comunidad de vecinos puede ser más eficiente, ahorrar energía y dinero, y evitar emisiones contaminantes. Algunas de estas alternativas son la instalación de paneles solares para obtener agua caliente; el uso de paneles fotovoltaicos para abastecer de luz eléctrica las zonas comunes o apostar por las calderas de biomasa para cubrir las necesidades de calefacción. De hecho, la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa incentiva hasta en un 40% la inversión necesaria para la instalación de diferentes medidas de ahorro energético tanto en viviendas particulares como en comunidades de vecinos. 

Además, hay otros consejos que, a nivel de comunidad, implican el uso eficiente de los aparatos y sistemas eléctricos que nos rodean. Así, por ejemplo, si existe más de un ascensor, es conveniente instalar mecanismos de maniobra selectiva (para no llamar de forma simultánea a dos o más ascensores, un gasto innecesario) o instalar detectores de presencia para que se encienda la luz sólo cuando alguien entre en su interior, evitando que esté activa durante todo el día.

Este detector de presencia, unido a la temporización, también se puede instalar en la iluminación de las zonas comunes, además de optar por bombillas de bajo consumo.

Entre otras opciones más rentables y también subvencionadas por la Junta se encuentra la instalación de sistemas de calefacción y de agua caliente comunes, lo que podría reducir la factura de consumo hasta en un 60%.

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