Con la llegada de la Campaña de la Renta en abril, un sector específico de la población laboral española se ve ante un panorama fiscal menos alentador de lo esperado. Aquellos que durante el año 2023 percibieron salarios comprendidos entre los 22.000 y 35.200 euros están ahora obligados a ajustar cuentas con la Agencia Tributaria debido a que, en su momento, se les aplicaron retenciones inferiores en sus nóminas.
Este escenario tiene su origen en una decisión gubernamental tomada a finales de 2022, la cual, mediante una modificación en el reglamento del IRPF, implementó una 'rebaja fiscal' que, aunque temporal, permitió ampliar el límite máximo de retención en los rendimientos del trabajo. Esta medida elevó el tope hasta los 32.500 euros, modificando así el escenario para aquellos con ingresos en el rango intermedio, quienes gozaron de una disminución en las deducciones mensuales aplicadas a sus salarios.
Sin embargo, este beneficio temporal trae consigo una repercusión no tan favorable. Los afectados deben ahora devolver a Hacienda cantidades que oscilan entre los 400 y 900 euros, dependiendo de variables como el nivel exacto de ingresos y la presencia de cargas familiares. La necesidad de este ajuste surge del mecanismo de cálculo del IRPF, el cual estipula que a menores retenciones practicadas, mayor será el monto a compensar durante la declaración anual.
Los expertos fiscales, consultados por medios como 'El Economista', explican que el proceso de declaración de la Renta es el momento en el que se efectúa la reconciliación con las obligaciones tributarias del año anterior. "La razón es sencilla: cuanto menor sean las retenciones que se nos aplican en la nómina, mayor será el ajuste a aplicar en la presentación del IRPF", aclaran. Esta situación pone de manifiesto la importancia de una previsión fiscal adecuada y la necesidad de ajustar las expectativas respecto a las devoluciones esperadas o las posibles cantidades a pagar.
La incidencia de esta regularización varía entre los distintos segmentos de trabajadores afectados. Por un lado, aquellos con ingresos más cercanos al umbral inferior del rango y que cuentan con dependientes económicos enfrentan el impacto más severo, ya que son quienes disfrutaron de las menores retenciones y, por ende, ahora deben realizar devoluciones más significativas. Por otro lado, los trabajadores con salarios más próximos al límite superior y sin cargas familiares experimentarán un ajuste menos drástico, dadas las mayores retenciones que se les aplicaron durante el año fiscal.
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