El hermano mayor de la Hermandad de la Clemencia, Damián López-Cepero, ha presentado ya su dimisión del cargo tras recibir “insultos” y “amenazas” relacionadas con la decisión de salir a la calle, de la que admite ser el “único responsable”.
López-Cepero pide “perdón” a sus hermanos por equivocarse y “agradece” el apoyo prestado por los miembros de su junta de gobierno.
A partir de ahí, explica que en el momento de la salida (16.25 horas) se barajaban unos partes meteorológicos que “daban una pequeña probabilidad” de lluvia “entre las 18.00 y las 21.00 horas, activando entonces la hermandad su propio “plan de emergencia” para utilizar “en caso de necesidad”.
Además, una vez pasada esa franja horaria el riesgo de lluvia “desaparecía hasta altas horas de la madrugada”.
Sin embargo, “no fue así”, por lo que admite que no debió “poner en riesgo” el “patrimonio general” de la cofradía.
Una vez en la Catedral se produjo una reunión con el Consejo local de la Unión de Hermandades y el propio deán, Miguel Ángel Montero, en la que se comunica que el tiempo ofrece una tregua “de dos horas” y que “obligatoriamente” debe abandonar el primer templo diocesano. Según Damián López-Cepero, el deán le dice incluso que la hermandad no es “bien recibida” en la Catedral.
Todo ello “precipitó” la decisión de regresar a la parroquia de San Benito “sin nazarenos ni bandas”. “El Martes Santo se había truncado y solo quería que nuestros titulares llegaran a su barrio y a su parroquia, y no poner en riesgo más todavía el patrimonio general, lo que incluye la salud de nuestros hermanos, principalmente ante el agua y el frío, además de los instrumentos de nuestra agrupación y la banda del palio”, explica.
Damián López-Cepero recuerda que ha prestado “25 años de servicio” a la hermandad “en varias juntas de gobierno”, pero advierte de que hay “límites que no se pueden dejar pasar”, y habla en este punto de “insultos, amenazas y empujones por parte de miembros de la agrupación musical y hermanos que no entendían la decisión”, dándose el caso de que “algunos incluso han ostentado el cargo de hermano mayor” y pertenecido a “juntas de gobierno anteriores”.
Por todo ello pide “respeto” hacia su familia, recordando que tiene “dos hijas, una de ellas adolescente”, que llegó a sufrir “una crisis de ansiedad al ver y escuchar los improperios y amenazas” a su persona, que provocaron además “el dolor” de los miembros de su junta de gobierno, a quienes “solo puede dar las gracias una vez más”.
“Te doy gracias Señor por darme la oportunidad de acercarme a ti en la eucaristía y cada vez que te visito en el Sagrario. Mi fe me salvará de este mal trago y estoy deseoso de encontrarme contigo cada domingo. Alabado sea Jesús Sacramentado”, concluye.
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