La plantilla de la planta de reciclaje de Las Calandrias ha llevado su huelga este Viernes de Dolores a las puertas del Ayuntamiento de Jerez dentro del calendario de movilizaciones que han iniciado esta semana para reclamar mejoras en sus condiciones laborales.
Los trabajadores denuncian la ausencia de medias de seguridad, la insalubridad y hablan incluso de una plaga de ratas. Alertan también la falta de control de las aguas y la sobrecarga de trabajo, pues aseguran que la concesionaria “no está cubriendo ni las bajas laborales ni las vacaciones de la plantilla”.
Los trabajadores cargan también contra el Gobierno local de Jerez, liderado por la alcaldesa de Jerez y presidenta de la FEMP, María José García-Pelayo, al que reprochan su situación actual y le recuerdan su responsabilidad en este conflicto al tratarse de la “administración responsable de la prestación de este servicio”
De hecho, desde el comité de empresa advierten que antes de echarse a la calle han llegado a enviar “más de una decena de escritos” al Ayuntamiento de Jerez trasladándoles las “graves carencias” en materia de salud, seguridad y personal que acusa la plantilla.
Desde CCOO aseguran que “la empresa está incumpliendo las condiciones del convenio” mientras que el Ayuntamiento de Jerez “está mirando para otro lado” dado que los requerimientos del comité “no han sido tenidos en cuenta”, y el Gobierno local de PP se ha limitado a ofrecer “buenas palabras”.
El Ayuntamiento adjudicó la explotación de Las Calandrias el pasado mes de octubre por un periodo de 20 años, debiendo afrontar una inversión en la planta de alrededor de 20 millones de euros para convertirla en una de las más modernas de Andalucía. De igual modo, la concesionaria debe abonar un canon anual de 500.856,74 euros.
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