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Continúa la tensión y el Gobierno advierte de que no tolerará caos ni violencia

La tensión continúa en la capital tunecina, donde este domingo se produjeron varios tiroteos entre las fuerzas de seguridad y grupos fieles a Ben Alí.

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  • Manifestantes por las calles. -
La tensión continuaba este domingo en la capital tunecina, donde se produjeron diversos tiroteos entre las fuerzas de seguridad y grupos aparentemente fieles al derrocado presidente Zine el Abidín Ben Alí, huido a Arabia Saudí el pasado viernes.

Los enfrentamientos han alcanzado incluso al palacio presidencial de Cartago, en las inmediaciones de la capital, así como al barrio de Gammart, donde se encuentra la mayoría de las embajadas y residencias diplomáticas, entre ellas las de España, Francia, Arabia Saudí y Líbano, aunque la situación ahora parece haberse calmado, tras la aplicación del toque de queda, a las 19.00 GMT.

Entretanto, el primer ministro tunecino, Mohamed Gannouchi, aseguró que las autoridades "no transigirán con aquellos que siembran el caos ni con los que atenten contra la seguridad del país".

En declaraciones telefónicas a la televisión pública tunecina, Gannouchi aseveró que "será la justicia la que identificará a los responsables de esta situación", sin querer entrar en detalles sobre la posible filiación de los grupos que se habían enfrentado a las fuerzas de seguridad.

Gannouchi afirmó que se ha arrestado a "un gran numero de bandas criminales" y rindió un homenaje a las fuerzas del orden, militares, policía y Guardia Nacional, que "están haciendo un trabajo heroico para garantizar la seguridad de la nación".

Con el toque de queda, las calles de la capital tunecina quedaron prácticamente desiertas y únicamente se observa la presencia de un fuerte dispositivo policial y militar, apoyado por helicópteros.

Los enfrentamientos fueron especialmente virulentos por la tarde, cuando, según algunas versiones, grupos armados integrados por individuos vestidos de civil intentaron asaltar el palacio de Cartago, aunque fueron rechazados por unidades policiales y militares.

Algunos observadores indican que los asaltantes podrían ser partidarios del general Ali Sariati, que había sido jefe de seguridad de Ben Ali.

Al ser repelidos por los militares, los asaltantes salieron en desbandada y entraron en los jardines y las casas de la zona de Cartago.

Por otra parte, desde París fuentes diplomáticas francesas informaron a Efe de que el fotógrafo francés Lucas Dolega, herido el pasado viernes cuando cubría los disturbios de Túnez, sigue con vida aunque en estado crítico en un hospital de la capital tunecina.

Igualmente, la familia del reportero confirmó esa información en un comunicado, con lo que se desmentían las primeras informaciones de este domingo, que hablaban de su fallecimiento.

"En reacción a las informaciones publicadas en los medios, la novia y la familia del fotógrafo francés Lucas Mebrouk Dolega precisan que no está muerto", se indica en la nota, en la que se señala que, "sin embargo, su estado es extremadamente crítico" y que esperan a ver cómo evoluciona.

El reportero, colaborador habitual de la Agencia Efe, estaba cubriendo la actualidad tunecina para la European Pressphoto Agency (EPA).

Dolega, de 32 años, resultó herido en el ojo izquierdo el pasado viernes por una bomba de gas lacrimógeno lanzada por un policía a cinco metros de distancia cuando fotografiaba las manifestaciones que tenían lugar frente al Ministerio tunecino del Interior.

Las fuerzas de seguridad han instalado controles en diversas zonas de la capital tunecina y han practicado diversas detenciones.

En uno de esos controles fueron detenidos seis ciudadanos occidentales, posiblemente cuatro de nacionalidad alemana y dos suecos, durante un registro de taxis en el centro de Túnez, según imágenes mostradas en un canal de la televisión tunecina.

Asimismo, cuatro personas de origen argelino fueron detenidas en posesión de maletines que contenían fusiles de precisión, en un control policial cerca de la sede de un partido de la oposición, según informaron a Efe fuentes progubernamentales.

En el aeropuerto internacional de Túnez la situación es de calma tensa, porque cientos de personas que están allí no pueden salir a la ciudad, ya que gente vestida de civil y armada lo impide.

No obstante, el ambiente es de relativa tranquilidad, según pudo constatar Efe, y el propio director del aeropuerto repartía bocadillos a la gente "como atención del Ejército".

Los vuelos de salida están operativos, pero los de entrada ya se han cancelado por el toque de queda.

En lo que parece un intento de las autoridades tunecinas por dar una imagen de normalidad, el vicesecretario general de la Liga Árabe, Ahmed bin Heli, informó desde El Cairo de que el ministro tunecino de Asuntos Exteriores, Kamel Morjane, asistirá a las reuniones preparatorias de la cumbre económica del organismo, que se celebrará el miércoles en la ciudad egipcia de Sharm El Sheijk.

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