La secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, y el presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Manuel Fernández, analizaron ayer los efectos ambientales del proyecto del dragado del río Guadalquivir para mejorar los accesos al puerto de Sevilla y coincidieron en la necesidad de cumplir todas las condiciones ambientales que se establecen en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de 2003, así como integrar en el proyecto las conclusiones del Informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, incluidas las referidas a la mejora de la dinámica del estuario y su flora y fauna.
En este sentido, fuentes del MARM han precisado a Europa Press que una vez acatados los términos de la DIA y del informe del CSIC, el proyecto tiene que pasar por la aprobación del Consejo de Participación del Espacio Natural de Doñana, presidido por Felipe González, que emitirá un informe no vinculante.
“El proyecto tiene que tener el visto bueno de Doñana”, han asegurado, añadiendo que éste volvería después al MARM, departamento que tiene la última palabra sobre el asunto, para decidir finalmente sobre la viabilidad del dragado del estuario del río Guadalquivir.
En este sentido, han reiterado que el proyecto tiene que contar con “el visto bueno del Parque Nacional”. Además, por otro lado, han apuntado que el proyecto debe contar con las cautelas establecidas al respecto por el CSIC para garantizar tanto la protección del Parque Nacional de Doñana como la flora y la fauna autóctona.
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