Sevilla

La planta más valiosa de España desaparece de la sierra de Sevilla, donde fue descubierta

Los botánicos decidieron llamarla ‘nomevés’ por su brevísima floración y porque se trata del más valioso fósil viviente de la flora española, hallada en 1982

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Ejemplares de 'nomevés'.

Ejemplares de 'nomevés'.

Los botánicos decidieron llamarla ‘nomevés’ por su brevísima floración y porque se trata del más valioso fósil viviente de la flora española. Fue descubierta en la Sierra Norte de Sevilla en 1982, pero no se han vuelto a encontrar algunas de sus mínimas poblaciones.

La Gyrocaryum oppositifolium es la planta “más amenazada y la más importante en la conservación vegetal en España”, según Pablo Vargas, profesor investigador del Real Jardín Botánico.

Se trata de lo que se califica como fósil viviente, pero no es el único caso en Andalucía. De las cinco plantas en la clasificación de las más valiosas por este concepto, tres son de la comunidad andaluza. En la almeriense sierra de Gádor crece la gadoria, y en la sierra de Castril (Granada), la margarita de Castril. Todas en peligro crítico de extinción.

“Un fósil viviente es una especie muy antigua, por ejemplo el ‘nomevés’ tiene 25 millones de años, que es la única que sobrevive en todo su género, y cuyas poblaciones resultan extraordinariamente reducidas”, explica el profesor de investigación del Botánico (Centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas).

La Gyrocaryum oppositifolium fue hallada en 1982 en los alrededores de Constantina (Sevilla) por el equipo del catedrático Benito Valdés. “Realmente se trata de plantas que deberían estar extinta”, indica Vargas, “han sobrevivido en un periodo larguísimo a cambios catastróficos, desde alteraciones del clima a la llegada de la especie humana y el pastoreo”.

Su ausencia actual en la sierra sevillana no la ha llevado a la desaparición. Existen dos mínimas poblaciones, “del tamaño de un campo de balonmano”, en Madrid y en León, aunque son “poquísimos” los ejemplares y, en Madrid, ni siquiera cuenta con alguna protección.

“Andalucía sí se ha preocupado desde hace mucho de concienciar y preservar su biodiversidad”, afirma el botánico.

El Real Jardín Botánico reproduce cada año ejemplares de ‘nomevés’ con las semillas que guarda. Y, además, han logrado recientemente secuenciar su genoma completo, aunque está pendiente su análisis. “Estas joyas pasan desapercibidas, realicé una revisión mundial de plantas con flores el año pasado y es una de las 10 más importantes del mundo a efectos de su conservación”, indica Pablo Vargas.

Otras dos plantas netamente andaluzas llegan al ranking de las más valiosas por antiguas, únicas y escasas. La margarita de Castril (Castrilanthemum debeauxii) vive en esta sierra granadina como única especie de su género, en este caso con una antigüedad de unos 12 millones de años.

Las más reciente en ser descubierta, en 2016, ha sido la gadoria (Gadoria falukei), que toma su nombre de la sierra de Gádor. Es la única de las tres no anual, es decir, no muere y germina en cada ciclo. El grupo de cinco plantas más importantes cara a su conservación se completa con dos que viven en otros puntos de España. Se trata de la chicoria hueca (Avellara fistulosa) y la náufraga (Naufraga balearica), esta exclusiva de las Baleares.

Pablo Vargas es investigador principal en el Proyecto Cero del Real Jardín Botánico, que estudia estas cinco plantas, las que presentan mayor urgencia de conservación de la flora española por tratarse de los últimos representantes vivos de sus géneros y linajes. “Los humanos se separaron del chimpancé hace 8 millones de años, así que estos auténticos fósiles vivientes, muy anteriores, forman parte de la historia del planeta de manera destacada”.

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