La Audiencia Provincial de Almería acoge desde este lunes el juicio con jurado contra el hombre acusado de acabar con la vida del tío de su expareja sentimental y apuñalar a la madre de la misma después de que entrara en la vivienda en la que ambos se encontraban, en Roquetas de Mar.
La Fiscalía pide 45 años de prisión para el acusado, además, de supuestamente apoderarse de una caja de caudales con joyas y dinero en efectivo que fueron halladas después en la habitación de una casa de alterne donde el acusado fue detenido gracias a una pulsera de localización que portaba por un caso de violencia de género.
El detenido, que será juzgado por un tribunal de jurado, está acusado de los delitos de asesinato, asesinato en tentativa y robo con violencia en casa habitada con empleo de arma blanca, en este caso, un cuchillo de 23 centímetros de hoja que, conforme a la investigación, él mismo habría ocultado entre sus ropajes antes de salir de su vivienda.
Los hechos tuvieron lugar durante la jornada del 3 de enero de 2021, cuando el hombre salió de la casa en la que vivía para dirigirse a la vivienda de su exsuegra, situada unos pisos más abajo dentro del mismo bloque, en la que también vivía el tío de su expareja sentimental, de 73 años, y su excuñada, con un alto grado de discapacidad.
Así, el hombre habría llamado al timbre para entrar en la casa de la mujer, de 69 años en el momento de los hechos, bajo la excusa de "probarse unas zapatillas que su hijo había dejado para él" en el inmueble.
No obstante, conforme al escrito de acusación, en un momento dado se habría dirigido al dormitorio de la mujer "a sabiendas de que la misma guardaba allí dinero en metálico y una caja de caudales con joyas" que habría extraído del armario.
Antes de salir de la alcoba, el hombre habría sido sorprendido por su exsuegra, de forma que al verse "recriminado" por la misma "se precipitó sobre ella" con ánimo de "causarle una muerte cierta" hasta que le "clavó en el costado derecho el cuchillo que ocultaba", quedando la víctima malherida en el suelo.
La Fiscalía sostiene que el hombre, "guiado por idéntico ánimo atentatorio" el acusado se habría vuelto hacia el salón de la casa, donde se encontraba el tío de su expareja sentado en el sillón, al cual habría apuñalado hasta en seis ocasiones, provocándole al menos dos heridas "mortales de necesidad".
Ante tal situación y tras haber sido agredida, la mujer accionó el botón del servicio de teleasistencia que portaba con ella, lo que hizo que una asistente del servicio telefoneara al domicilio. Al percatarse, el acusado habría contestado la llamada para decir que "todo estaba bien" y que "no había ningún problema" salvo que "sus suegra se había caído".
Tras colgar, la mujer accionó nuevamente el botón por lo que la misma asistente volvió a telefonear, a la que el acusado volvió a contestar antes de colgar el teléfono y arrebatar a la víctima el pulsador para impedirle que pudiera intentar pedir ayuda de nuevo, según el escrito.
Con ello, el hombre habría conseguido salir de la vivienda con unos 1.000 euros en metálico y joyas que, finalmente, fueron valoradas en cerca de 4.000 euros. No obstante, el detenido fue localizado apenas una hora después de los hechos en la habitación de un céntrico prostíbulo de Aguadulce con la caja de caudales en su poder, las joyas y el dinero.
El acusado, que tenía una pena de diez meses de prisión suspendida por un delito de amenazas en el ámbito de violencia contra la mujer, pudo ser localizado por las autoridades debido al dispositivo GPS que portaba para su geolocalización en base a dicha condena, el cual se había "arrancado" y habría tratado de ocultar en el interior del inodoro de la habitación.
El dispositivo 'Cometa' fue clave para la rápida localización del individuo por parte de los agentes que practicaron su detención. Por su parte, la mujer víctima de las puñaladas tuvo que ingresar en la UCI del Hospital Universitario Poniente con lesiones de riesgo vital, por las que tuvo que ser intervenida y tardó 234 días en sanar.
Además de las penas privativas de libertad, la Fiscalía solicita que el acusado permanezca alejado un kilómetro de la víctima por un periodo de 54 años, en los que tampoco pueda comunicarse con ella, así como una indemnización por la muerte del hermano de la perjudicada de 120.000 euros.
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