Los trabajos para localizar a nueve mineros, desaparecidos tras un corrimiento de tierra mezclada con material tóxico en una mina de oro en Turquía oriental, continúan este viernes por cuarto día consecutivo, pero con cada hora que pasa, disminuyen las esperanzas de encontrarlos con vida.
En el cuarto día de operaciones de búsqueda participan más de 2.700 personas, apoyadas por cientos de vehículos, drones e incluso radares para dar con la ubicación de la caseta y los vehículos donde se cree que estaban los mineros.
Cinco de los obreros se hallaban en una caseta prefabricada, tres en una excavadora y uno conducía un camión cuando sobrevino el desastre, el martes hacia las 14.30 hora local (11.30 GMT).
El accidente se produjo al desplomarse una montaña formada por unos 10 millones de metros cúbicos, utilizada para la lixiviación del mineral extraído, un proceso en el que la piedra triturada se acumula al aire libre y se somete a un goteo constante de una solución de cianuro que separa el oro de la piedra.
La alta toxicidad del cianuro hace temer un desastre enorme si se llega a filtrar al río Éufrates, que dista apenas 3 kilómetros del lugar del incidente, pero Bayraktar insistió hoy en que, de momento, no se ha producido.
El ministro de Energía y Recursos Naturales, Alparslan Bayraktar, prometió que en caso de haberse cometido irregularidades, "los responsables se enfrentarán a la Justicia", pero subrayó que ahora la prioridad es encontrar a los mineros.
El ministro confirmó que los trabajadores detectaron grietas en los residuos almacenados y se evacuó la explotación, pero esos nueve mineros atrapados bajo tierra fueron enviados después para evaluar la situación.
Mientras tanto, la Fiscalía de Erzincan, la provincia en la que se produjo el accidente, anunció oficialmente la detención de ocho personas, entre ellas un ciudadano canadiense, por posibles irregularidades en la gestión del yacimiento.
Los partidos de la oposición señalan al Gobierno por su responsabilidad en el incidente y el Colegio de Abogados de Estambul presentó una denuncia penal contra Murat Kurum, exministro de Medio Ambiente y actual candidato a la alcaldía de Estambul por el islamista AKP, en conexión con las decisiones de expandir el área minera pese a las denuncias previas.
Tras un vertido en junio de 2022, que resultó en la mezcla de toneladas de solución de cianuro con la tierra, las operaciones de la compañía se suspendieron durante tres meses, pero luego, tras ser multada, se le permitió reanudar en una área más amplia.
La compañía explotadora de la mina es Anagold, propiedad en un 80 % de la multinacional canadiense SSR Mining, mientras que el 20 % restante pertenece a Lidya Madencilik, propiedad del Çalik Holding, uno de los mayores conglomerados industriales de Turquía, que se considera cercano al partido islamista AKP y al presidente del país, Recep Tayyip Erdogan.
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