La Línea de la Concepción y Barbate han sido testigos durante años de la convivencia de sus ciudadanos con el narcotráfico, donde la llegada de narcolanchas se vive con una inquietante normalidad.
Esta última semana, esta naturalidad ha cobrado especial relevacia tras el fallecimiento de Miguel Ángel González y David Pérez, los dos guardias civiles embestidos por una narcolancha mientras intentaban identificar a sus ocupantes.
El fallecimiento de los agentes ha dejado un profundo impacto en la comunidad, revelando la falta de medios de los cuerpos de seguridad y la impunidad con la que operan los narcotraficantes en el Campo de Gibraltar. Por ello, la sociedad, los partidos políticos, y las asociaciones profesionales de la Guardia Civil han expresado su indignación y exigido justicia.
Pero... ¿por qué se vive con tanta naturalidad el narcotráfico en La Línea y Barbate?
Ubicación geográfica: Ambas localidades se encuentran estratégicamente ubicadas en el Campo de Gibraltar, a escasos 14 kilómetros de Marruecos. Esta proximidad facilita el traslado de hachís mediante embarcaciones rápidas, las conocidas narcolanchas.
Crisis económica y social: La Línea y Barbate enfrentan altas tasas de desempleo, superando el 30%, y más del 40% de la población en riesgo de exclusión. La falta de oportunidades laborales y educativas ha llevado a muchos jóvenes a buscar ingresos rápidos a través del narcotráfico.
Normalización e impunidad: La presencia constante de narcotraficantes ha llevado a una normalización de sus actividades en estas localidades. La falta de medios y apoyo a las fuerzas de seguridad ha creado un ambiente de impunidad, donde los narcos actúan con total tranquilidad.
La muerte de los dos guardias civiles en Barbate ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de abordar este problema y reforzar las medidas de seguridad en la región para poner fin a la impunidad que rodea al narcotráfico en La Línea y Barbate.
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