El dictamen del Supremo implica que sigue vigente la “notificación roja”, el nivel más alto de Interpol, que se difunde para detener o hacerlo provisionalmente a personas buscadas internacionalmente y con fines de extradición, en este caso a petición de la Fiscalía sueca.
Poco después de conocerse la decisión del tribunal, el abogado de Assange en Suecia, Bjoern Hurtig, señaló que su cliente, de quien se presume que se esconde actualmente en Reino Unido –según publicaba ayer el diario The Independent–, se opondrá a ser extraditado al país escandinavo.
El Supremo sueco desestimó el recurso al considerar que en su caso no hay motivos suficientes para conceder un auto de avocación, procedimiento necesario para revisar un dictamen de un tribunal inferior.
Para concederlo, es preciso o que se estime que el caso tiene gran importancia para la aplicación de la ley o que haya otras razones particulares, lo que el Supremo rechazó.
La decisión del Supremo cierra la puerta a nuevas vistas orales sobre el caso hasta que el australiano Assange, de 39 años, sea arrestado y extraditado a Suecia.
Las autoridades suecas enviaron ayer a la Policía británica una nueva orden de captura contra Assange, complementaria a la primera, que incluye matizaciones necesarias de acuerdo con la justicia de este país para poder proceder al arresto del fundador de WikiLeaks, que según medios ingleses se encuentra en Gran Bretaña.
La orden inicial incluía sólo una especificación sobre la pena máxima de 4 años que aquél podía recibir por el delito más grave.
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