Realizar ejercicio físico en todas las etapas del cáncer no solo es seguro, sino que es recomendable, ya que reduce un 30 % el riesgo de desarrollar un tumor, mejora la calidad de vida de los pacientes, disminuye los efectos secundarios derivados de los tratamientos y aumenta la respuesta a los mismos.
Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha lanzado la campaña "Ejercicio contra el cáncer" para concienciar a la sociedad del valor del ejercicio físico en todas las etapas del cáncer, desde la prevención, durante el tratamiento y en los supervivientes.
Lo ha hecho en el pabellón del Club de Baloncesto Estudiantes, donde dos de los embajadores de la campaña, Carlos Suárez, jugador de la Liga LEB ORO, y Gracia Alonso, jugadora de la Liga femenina ENDESA, han puesto voz a los beneficios que reporta la práctica de alguna actividad física.
Así, la joven jugadora, que también es enfermera, ha animado a quien no hace deporte a "ponerse las pilas en su día a día para mejorar su salud, sus sensaciones a nivel laboral y reducir la ansiedad y la depresión".
"El deporte es vida", ha resumido su compañero.
Prevenir un tumor empieza por 30 minutos de actividad física regular: la práctica de actividad puede reducir hasta un 30 % el riesgo de cáncer de mama, colon, vejiga urinaria, endometrio, esófago y estómago, y casi el 20 % el riesgo de mortalidad específica por cáncer.
Sin embargo, sólo el 37,7 % de la población adulta realiza actividad física regular mientras que el 27,4 % de la población se declara sedentaria, según el INE.
Los datos más sólidos hasta la fecha se centran en cáncer de mama y colorrectal, pero los beneficios del deporte se extienden a otros tumores como el de próstata y pulmón, ha explicado el presidente de la sociedad científica, César A. Rodríguez, durante la presentación del informe "Las cifras del cáncer en España 2024".
Además, el ejercicio físico ha demostrado mejorar la calidad de vida y disminuir los efectos secundarios derivados de los tratamientos, al aumentar la capacidad cardiorrespiratoria de los pacientes y reducir la fatiga.
Pese a ello, pocos pacientes con cáncer se mantienen físicamente activos por la falta de información por parte de los profesionales sanitarios, así como de sus propias reticencias por el miedo a nuevos efectos adversos, a la falta de motivación o a las dificultades en el acceso al ejercicio.
"Realizar ejercicio físico es seguro durante todas las etapas asistenciales del cáncer, incluso durante los tratamientos activos como la quimioterapia, ya que se asocia con una mejor tolerancia a los mismos, e incluso podría aumentar las respuestas", ha garantizado el experto.
Junto al deporte, el oncólogo médico ha destacado la importancia de abandonar factores de riesgo, principalmente el tabaco, y ha advertido de que también los vapeadores generan sustancias carcinógenas, aunque de ellos hay menos evidencia científica acumulada porque son más recientes. "Las cifras de su impacto las sabremos con el tiempo", ha concluido.
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