Es el diagnóstico de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en su informe semestral de perspectivas de la OCDE presentado hoy corrigió a la baja sus previsiones para 2011, sobre todo porque es menos optimista con la evolución de Estados Unidos.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, reconoció que la recuperación está siendo “más dubitativa” en la segunda parte del año, así que la ralentización “ha sido más pronunciada” de lo esperado, y el conjunto de los 33 países miembros crecerá sólo el 2,3% el año próximo, tras el 2,8% en 2010.
La economía estadounidense crecerá este año un 2,7%, cinco décimas menos de lo esperado hace seis meses, y un 2,2% en 2011 en lugar del 3,3% que se preveía en mayo.
En cualquier caso, la zona euro seguirá en el furgón de cola de la recuperación dentro del mundo desarrollado, con un incremento del producto interior bruto (PIB) del 1,7% tanto este ejercicio como el próximo.
Dentro de la zona euro, tres países van a seguir sufriendo en 2010 un retroceso económico, en particular Grecia, con un descenso del 3,9%, pero también Irlanda, con una caída del 0,3% y España, con una disminución del 0,2%.
Esa baja en España es casi idéntica a la calculada por el Gobierno, que espera un recorte del PIB del 0,3%.
La OCDE es menos optimista que el Ejecutivo sobre la evolución de la economía.
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