China condenó hoy la reunión este lunes del presidente electo de Taiwán, William Lai (Lai Ching-te), con una delegación de exfuncionarios estadounidenses que está de visita en la isla tras los comicios presidenciales del pasado sábado.
La portavoz de la Cancillería china Mao Ning declaró en una rueda de prensa que las elecciones en Taiwán "son un asunto interno de China" y que el Gobierno chino "se opone firmemente a cualquier tipo de contacto oficial entre Estados Unidos y Taiwán", así como "a cualquier injerencia estadounidense" en los asuntos de la isla.
Mao instó a Estados Unidos a reconocer "la complejidad y sensibilidad" de la cuestión de Taiwán y a "cumplir fielmente el principio de 'una sola China'".
La portavoz también exhortó a Washington a actuar con "prudencia y cautela" en los asuntos relacionados con Taiwán, a "no socavar el principio de 'una sola China' de ninguna manera", y a "no enviar ninguna señal errónea a las fuerzas separatistas" de Taiwán.
Lai, también líder del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) mantuvo un encuentro con el exasesor de seguridad nacional Stephen Hadley (2001-2009) y el exsubsecretario de Estado James Steinberg (2009-2017) en la sede del partido, informó hoy la agencia oficial isleña CNA.
El hasta ahora vicepresidente de Taiwán resultó vencedor el sábado con un 40,05 % de los votos, imponiéndose a los aspirantes opositores del Kuomintang (KMT), Hou Yu-ih (33,49 % de los sufragios), y del Partido Popular de Taiwán (PPT), Ko Wen-Je (26,46 %).
En una comparecencia ante la prensa extranjera tras conocerse su victoria, Lai aseguró que estas elecciones demostraron a la comunidad internacional que, entre “democracia y autoritarismo”, los taiwaneses optaron por permanecer “al lado de la democracia”.
Pekín ya había presentado este domingo una protesta formal a Estados Unidos por la reacción del Departamento de Estado al resultado de las elecciones en Taiwán, en la que el titular del departamento, Antony Blinken, felicitó a Lai, y dijo que confía en trabajar con él y promover la larga relación bilateral “no oficial”.
“China está muy insatisfecha con lo ocurrido. La cuestión taiwanesa está en el centro de los intereses de China y es la primera línea roja que no se puede cruzar en las relaciones con Estados Unidos”, indicó un comunicado de la Cancillería del país asiático.
Taiwán -donde se retiró el ejército nacionalista chino tras la derrota a manos de las tropas comunistas en la guerra civil- se ha gobernado de manera autónoma desde 1949, aunque China reclama la soberanía sobre la isla, a la que considera una provincia rebelde para cuya “reunificación” no ha descartado el uso de la fuerza.
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