Agentes de la Policía Nacional han detenido en San Fernando a una madre y a su dos hijos como presuntos autores de un delito de estafa, falsedad documental y pertenencia a organización criminal.
La investigación se inició hace aproximadamente un año, cuando dicho grupo de investigación, tuvo conocimiento de la existencia de un clan familiar que se dedicaba a vender tarjetas de telefonía a diferentes organizaciones delictivas con sede en esta localidad y en los alrededores.
A partir de dicha información, se inician diversas gestiones de investigación, que permiten descubrir el entramado delictivo, así como el modus operandi concreto empleado por la organización delictiva.
En concreto, los mismos, aprovechándose de la falta de diligencia de algunas operadoras de telefonía, obtenían de manera masiva tarjetas de telefonía a nombre de terceras personas, de las cuáles, previamente habían obtenido sus datos personales mediante engaño. Una vez tenían estas tarjetas en su poder, las distribuían entre diferentes organizaciones de delincuentes. De esta manera, se constituían en lo que en el argot policial es conocido como crimen as service, o lo que viene a ser lo mismo, se configuraban como un elemento necesario e imprescindible, para que posteriores escalones de organizaciones delictivas, pudieran perpetrar su acción criminal, con la impunidad que les otorga el hecho de que las herramientas empleadas para la comisión de los hechos ( tarjetas) figuraban a nombre de otras personas.
Así mismo, mediante la investigación efectuada, pudo comprobarse, que esta red que actuaba como suministradora de las herramientas necesarias para la consumación del delito, tiene sus raíces en un domicilio de esta localidad, donde los moradores del mismo, habían constituido un clan familiar y delictivo, esencial e imprescindible para el desarrollo del delito.
En concreto, esta red delictiva estaba formada por una madre y sus dos hijos, uno de los cuales resultó ser menor de edad. Tras las investigaciones practicadas, se ha podido determinar que la madre, de mediana edad, resultaba ser la ideóloga del plan delictivo, empleando a sus hijos de corta edad, como los brazos ejecutores de las instrucciones por ella impartidas. Los mismos, ante la autoridad moral ejercida por su progenitora, contactaban con los potenciales compradores de tarjetas y llevaban a cabo la distribución y el cobro de las mismas.
Las gestiones de investigación practicadas, permitieron conocer al grupo de delitos tecnológicos de la comisaría de San Fernando, que los investigados, habían obtenido y distribuido al menos 186 tarjetas entre otros delincuentes, con las cuáles se habría estafado por un valor superior a los 250.000 euros.
En virtud de lo expuesto, los integrantes del grupo de delitos tecnológicos de la comisaría de San Fernando, solicitan autorización judicial para acceder al domicilio de los investigados, en aras a descubrir elementos probatorios que reforzaran la investigación efectuada.
Una vez se accede al domicilio, se localiza a los investigados en el interior del mismo. Del mismo modo, se localizan e intervienen numerosos teléfonos móviles, así como una importante cantidad de contratos y de tarjetas de telefonía a nombre de otras personas, preparadas para la distribución a otras redes delictivas, las cuales usan esas tarjetas e identidades, para llevar a cabo otros actos defraudatorios.
Una vez finalizada la práctica de la entrada y registro, se procede a la detención de los tres implicados. Los cuáles fueron puestos a disposición del juzgado de primera instancia e instrucción número dos de San Fernando. Dicho juzgado, decretó el ingreso en prisión preventiva de la madre por su presunta participación en delitos de estafa, falsedad documental, blanqueo de capitales y pertenencia a organización delictiva.
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