Al menos un periodista murió y otros 19 resultaron heridos en Afganistán a lo largo de 2023, según un informe del Centro de Periodistas de Afganistán (AFJC), que denunció que los informadores vieron gravemente deteriorados sus derechos en el último año.
"Los periodistas y medios de comunicación en Afganistán se enfrentaron a graves restricciones y violaciones de sus derechos fundamentales y legales a lo largo de 2023, lo que impidió su libertad y su capacidad para trabajar", dijo la ONG en su informe anual sobre el estado de los periodistas y los medios en Afganistán, publicado anoche.
La AFJC expresó especialmente su preocupación por la violencia que sufrieron los informadores, que resultó en la muerte de un periodista, mientras que otros 19 fueron heridos, y agregó que se registraron 168 casos de violaciones de derechos de informadores en Afganistán.
"Esta cifra muestra una disminución significativa en comparación con los 260 hechos registrados en 2022, pero no se observan cambios cualitativos y estructurales", sostuvo la asociación de prensa.
En este sentido, la ONG registró 78 casos de amenazas contra periodistas y la detención de 61 profesionales durante 2023.
Según el informe, la mayoría de restricciones se derivan de al menos 14 directivas para regular los medios, varias de ellas emitidas en 2023 por el Gobierno de los talibanes.
Estas órdenes incluyen el veto al trabajo de las mujeres en la radio y la televisión nacional, la prohibición de cubrir manifestaciones y protestas, las restricciones para publicar ciertas noticias o la obligación de referirse a los talibanes como el Gobierno de Afganistán.
“Las directrices también imponen la segregación de género en los medios de comunicación, prohibiendo a las mujeres entrevistar a los hombres y viceversa. Además, los medios de comunicación tienen prohibido entrevistar a opositores y críticos de los talibanes, transmitir programas internacionales de radio y televisión", publicar anuncios políticos, de seguridad y sociales sin coordinación con las autoridades o criticar a funcionarios talibanes, agregó el documento.
La AFJC también criticó la opacidad del Gobierno talibán, lamentando que los funcionarios talibanes rara vez conceden entrevistas y los portavoces no están disponibles a menudo para responder sus preguntas o se niegan rotundamente a hacerlo.
La llegada al poder de los talibanes en agosto de 2021 supuso un duro golpe a la libertad de expresión en Afganistán, un país que ya antes era considerado como uno de los más peligrosos del mundo para los profesionales de la información, según han reivindicado varios organismos locales e internacionales.
Desde entonces, más de la mitad de los 547 medios que operaban en el país han desaparecido, según un informe publicado el pasado agosto por Reporteros Sin Fronteras (RSF), que posicionó a Afganistán en el puesto 152 de 180 países en su último índice de libertad de prensa.
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