El día de Navidad estuvo marcado por un pequeño sobresalto, que pudo acabar en tragedia. Un vecino se dejó una vela encendida en el belén de su salón al salir de casa, lo que provocó una gran emisión de humo que alertó a otro residente del bloque. Al final, todo quedó en un accidente que no pasó a mayores consecuencias. El rápido aviso de la vecina que detectó el humo saliente, permitió a los servicios de urgencia actuar con prontitud. Procedieron a derrumbar la puerta a patadas puesto que no se encontraba nadie en el interior de la vivienda donde se provocó el incendio. Un pequeño estropicio que, al final, logró evitar otro mucho mayor.
A raíz de este suceso, la Policía Local ha vuelto a poner en relieve la importancia de asegurarse de que “todas las luces de Navidad, y por supuesto velas, están bien apagadas” al salir de casa.
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