Termina el año y es tiempo de balances. Como el que hace el Club Dakentai ya la Escuela Municipal de Kárate de Jerez, que valoran el 2023 como “muy positivo” como explica su director, Sergio Pérez. El año ha terminado con “un primer trimestre del curso con las categorías cadete y junior que tuvieron el Campeonato de Andalucía en septiembre y con un grupo de adultos muy extenso. Estamos muy contentos”.
Un año completo da para mucho, para participar en “campeonatos de todo tipo” ya que el club tiene un calendario provincial y uno regional. Ahora han terminado el “provincial de los peques y estamos ya pensando en la preselección para el andaluz de marzo”. Y es que prácticamente “termina una categoría y empieza otra y vamos constantemente con actividades durante toda la temporada”. Pero esto no va solo de participar, también de organizar. En septiembre, Jerez fue organizadora del Campeonato de Andalucía, un evento “bastante exitoso y más teniendo en cuenta que la ciudad nunca había tenido un andaluz. Fue el comienzo de la temporada y hubo ocho metales por parte de la delegación gaditana con quince representantes de la Escuela Municipal”, explica Pérez. Que señala que organizar este tipo de campeonatos “es muy difícil. Fue un poco caos, pero quedó bastante bien. Fueron cerca de 400 competidores de toda Andalucía con un gran nivel”.
Hay veces en las que el club tiene que dividir a sus alumnos porque se solapan las competiciones. Por fortuna, la entidad cuenta “con varios instructores” para poder acudir a diferentes actividades. La idea es “abrir el kárate y que haya evolución en los alumnos”. De hecho, entre cursos de formación, eventos por parte de instructores y campeonatos, Sergio calcula que el club ha podido participar en “entre 30 y 50 eventos. Hay que estar ahí”.
Un año muy completo con el que se queda con “la cantera joven. Tienen mucha ilusión. Y también con los adultos, porque el kárate adulto está en auge, eso me encanta. Tenemos un grupo bueno por la mañana y dos por la tarde, un grupo de cinturón azul y también marrones y cinturones negros por la noche. Hay buen nivel y buena motivación por parte de ellos”. Pone el foco también Sergio en el cuidado de la cantera. “Hay que empezar con ellos a nivel provincial. Es la idea de los clubes de la provincia, que la cantera siga creciendo porque es el kárate que vamos a tener dentro de 15 años. Hay grandes karatecas”.
El Dakentai ha demostrado que tiene “bastante nivel” porque raro es el campeonato en el que no consigue alguna medalla. “Todo se trabaja, pero el nivel inicial de la cantera es muy bueno. Vienen con ganas y mucha ilusión. Lo importante es que se formen y sigan creciendo”. Lo más difícil es “el trabajo psicológico” para que el chico o la chica no se frustre si no logra algún premio: “Les damos a entender que las medallas es algo más. Lo importante es el trabajo que les ha llevado a participar en el campeonato en el que están. Tienen que darle valor. Quieren medalla, pero si no la consiguen no es un fracaso. Hay que seguir trabajando”.
Evidentemente detrás de los éxitos hay mucho trabajo y “una constancia, que es muy importante, además de la confianza en el desarrollo de la actividad. Ellos tienen que tener constancia y si quieren llegar al punto óptimo tienen que trabajar cada semana. Intentamos tener un nivel igualatorio”. De hecho, Pérez se siente “muy orgulloso del día a día. De la ilusión de todos los alumnos. Eso es lo que me da fuerzas para seguir trabajando con ellos. E ir evolucionando con ellos. Ellos tienen que trabajar, pero yo también tengo que ir formándome continuamente”.
El kárate se divide en katas (posturas) y en kumite (combate). En la Escuela Municipal “marcamos una metodología igual para todos los alumnos. Luego es verdad de que cada competidor quiere una cosa u otra y tenemos que definir un poco las características que tiene y demás. El club tiene que buscar más horas para esa tecnificación que queremos para ellos. Todos quieren pelear todas las tardes. Tenemos que marcarles que el kárate es más extenso y la metodología es más amplia. Todo tiene su proceso”.
Igualmente, anima a los padres a que apunten a sus hijos porque “el kárate infantil es muy bonito. Gusta mucho porque es muy lúdico. Aplica muchos conceptos de psicomotricidad y es una etapa muy bonita”.
El parakárate
Dentro del club y la escuela hay alumnos con diversidad funcional que “son una maravilla. La inclusión es tener las puerts abiertas a todos. Tenemos personas con discpacidad intelectual y física y los tenemos integrados en las clases con los demás. El kárate es para todos. La ambición que tienen es muy bonita y tenemos que seguir creciendo con ellos. Hay que avanzar más porque es un gran trabajo para ellos.
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