El valor del capital humano que pierde España por el efecto de la emigración superó los 150.000 millones de euros en 2022, un 40 % más que antes de la pandemia de la Covid-19, según las conclusiones de un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y BBVA.
El número de personas que deciden abandonar España para buscar oportunidades laborales en otros países ha registrado un nuevo repunte tras la pandemia y en el primer semestre del año pasado superó en un 11,7 % las cifras de emigrantes del mismo periodo del año anterior.
Según una estimación realizada al proyectar este dato a finales del año, el valor del capital humano perdido en 2022 se calcula en 154.800 millones de euros, un 40 % más que en 2019, y una cifra que representa el 0,93 % del valor del capital humano total de España en el ejercicio.
Se muestra, por tanto, una pérdida de capital humano en tendencia creciente desde el fin de la pandemia, impulsada por la intensificación de la emigración al exterior de la población en edad de trabajar y su elevado nivel de formación, indica el estudio hecho público este viernes.
Advierte asimismo de que esta dinámica resulta "preocupante" de cara a poder aumentar el bienestar social en un contexto de progresivo envejecimiento demográfico y con un escenario en el que, además, se prevén descensos acumulados del valor del capital humano per cápita cercanos al 20 % hasta 2050.
En España el saldo migratorio ha sido positivo a lo largo de las últimas décadas, pero la intensidad e incluso el signo de ese saldo se han visto influidos por el ciclo económico.
531.889 emigrantes en 2022
La nueva Estadística de Migraciones y Cambios de Residencia del INE informa de una cifra total de 531.889 emigrantes en 2022, una parte muy sustancial correspondiente a población en edad de trabajar (el 89,3 % del total en el primer semestre de 2022).
La emigración de población en edad de trabajar (desde los 16 años) ha pasado de 219.491 personas en 2020, año de la pandemia con fuertes restricciones a la movilidad, a 339.358 en 2021 y 196.827 en el primer semestre de 2022 (un 11,7 % más que en el primer semestre del 2021).
Las cifras no alcanzan los máximos de 2013 (463.746 emigrantes) pero son las más altas desde 2014 y su magnitud resulta atípica, asemejándose a las cifras habituales en periodos previos de crisis y aumento del desempleo en la economía española.
Según el estudio, el valor estimado del capital humano de los emigrantes mayores de 25 años alcanzaría los 154.800 millones de euros en 2022, el valor máximo del periodo 2019-2022, que supone un 0,93 % del valor total del capital humano en España.
Además, esta cifra ha registrado un aumento del 40,3 % respecto al nivel previo a la pandemia.
Cerca de la mitad tienen estudios superiores
Respecto a las características que tiene el capital humano emigrado, en términos de formación se observa una ligera reducción de los niveles educativos medios de los emigrantes en comparación con el periodo previo a la pandemia, con un aumento del peso del colectivo que carece de estudios de ESO.
Sin embargo, casi la mitad de los emigrantes de 25 o más años de 2022 posee estudios superiores (30,1 %) o estudios secundarios postobligatorios (18,8 %), con el consiguiente impacto positivo en sus dotaciones de capital humano, asociado a la mayor participación laboral, empleabilidad y productividad de las personas con ese nivel de formación.
Entre los emigrantes de 25 y más años, los menores de 35 suponen en 2022 un tercio del total, un porcentaje similar al existente antes de la pandemia, mientras que los mayores de 55 años representan solo el 23,6 %.
El destino de estos emigrantes es sobre todo la Unión Europea (38,7 % del total en el primer semestre de 2022), por delante de Sudamérica (19,8 %), Reino Unido (12,7 %), África (9,3 %), Asia (6,5 %), Centro América y Caribe (5,5 %), otros países europeos (4,5 %), América del Norte (4,2 %) y Oceanía (0,3 %).
Una seria advertencia
El ritmo actual de emigración supone un lastre para la capacidad de producción futura de la economía española, advierte el estudio del IVIE y BBVA.
Sus autores añaden que se trata de un impacto de una magnitud considerable que, en caso de no verse compensado por los inmigrantes o el retorno futuro de parte de los emigrantes actuales, supondría una merma neta significativa del capital humano de la economía española y sus posibilidades de desarrollo.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es